Mis Memorias

 por Elvira Eloisa Andrada

 

 

PRÓLOGO

 

Esta es la historia de parte de mi vida, la he dividido en capítulos tratando de marcar las distintas etapas que me tocó vivir, tanto de aquellos momentos que disfruté y fui feliz como lo soy ahora, porque así tenía que ser, como la otra etapa que no quisiera recordar, ya que no debió ser y es la que me dejo las peores secuelas y que aún no puedo olvidar, ni me permiten hacerlo, porque sigue el dolor y las culpas.

De alguna manera trato que mis seres queridos lo conozcan, a medida que repasen mis recuerdos verán como sigo viviendo las injusticias y como el padre de mis hijas aún esta dentro de ellas, sobre todo de Verónica con los mismos insultos, las mismas ofensas y desprecios, las mismas costumbres, ya no quiero seguir guardándolas en mi como secreto, las deben conocer, de las cuales hay cosas que ni ellas mismas lo saben, pero me condenan y eso duele tanto como lo que viví. Pienso que ellas también deberían leer estas palabras para que analicen en que medida afectó su psiquis y están cometiendo los mismos errores.

Este trabajo está dirigido especialmente a mi familia, para que conozcan lo que fue y es ahora mi vida, ya que a veces por el tiempo y la distancia no hayan sabido o se hayan olvidado de mi pasado contrastado con mi presente y con fe en el futuro.

Quiero agradecerle especialmente al mentor de este trabajo, sin quien no hubiese tenido la suficiente contención para soportar ver en letras lo que mi mente recorre en los recuerdos. Además él es mi consejero, mi guía y el muro donde se apoya mi alma y que me brinda la seguridad en cada momento y en cada actividad que emprendo. ¡GRACIAS TETÉ!  

 

“Si pudiera elegir un deseo, desearía conocerte de nuevo.”

 

 

CAPITULO I Mi Infancia

 

Nací el primer día de Diciembre de 1946, en un pueblito perdido del Dpto. Famatina en la provincia de La Rioja que se llama Pituil, no recuerdo mucho de mi infancia, soy hija de madre soltera y ella me cuenta que vivíamos en el campo solas entre cabras y ovejas que eran de mi abuelo y que ella tenía que cuidar. Ahora de donde aparecí yo... bueno mi madre vivía sola, el padre y el hermano, o sea mi abuelo y mi tío, eran visitas furtivas como para controlar y llevar alimentos, por esos lugares siempre pasaban y llegaban hombres de otros lados que iban a diferentes pueblos en ese entonces. Mami se prendó de uno, o sea mi papá, antes de nacer yo la pidió a mi abuelo para casarse, pero como para él eran más importantes las cabras y además ella era muy joven, fue suficiente para que nunca conociera a mi padre. Cuando nací mi cuna fue un cajón y mis juguetes solo palitos, eso sí, él me dejo de regalo un vestido blanco de bautismo bien largo que con el tiempo y cambiándole el canesú me duró hasta los 4 años.

Como mi abuelo fue el que me anotó y se equivocó de fecha, en mi documento figuro el 21/12/46, o sea que tengo 2 cumpleaños. Cuenta mi mamá que para que no me escape o me pierda hizo un pozo en el patio del ranchito, tipo corralito, colocaba una frazada y ahí me dejaba con un palito en la mano para que les pegue a la cabras cuando me mordían los dedos, ella vivía de lo que le brindaban estos animales, aparte de lo que le llevaba el padre, ordeñando y bebiendo leche de cabra, hacia quesillos, secaba la carne, comíamos cabritos, quirquinchos, liebres, zuris y el bicho que se le cruzaba, tomaba agua de vertientes de los cerros, usaba burros para acarrear agua en tachos tanto para los animales como para nosotras, a veces cuando yo era chiquita se le complicaba poder subir conmigo junto a los tachos,  usaba solo un brazo para sostenerme y el otro para manejar el animal y poder subir sin caerse conmigo hasta que aprendí a pararme. Mi abuelo siempre le construía en diferentes lugares los ranchitos como para tener las vertientes un poco más cerca, al techo se los hacia con paja y barro, o sea que nunca tuvimos un lugar fijo, éramos nómadas. Su única escuela fue aprender a contar y distinguir las cabras por nombre o color, sin saber leer ni escribir, siendo una persona adulta y con nietos fue a un colegio para adultos donde conoció números, letras, aprendió a leer un poco y a poner su nombre. Muchas historias y anécdotas nos contó de su vida en el campo, de aparecidos, animales embravecidos, de brujas y demonios, que aún no se olvida.

Cuando crecí un poco más mi madre decidió dejar las cabras y trabajar por su cuenta para un mejor futuro, pero esa vida tan dura que vivió en un campo inhóspito sin más compañía que la mía, siendo yo muy chiquita y entre esos animales que no le pertenecían, la marcaron a fuego para toda su vida y quedó en el tiempo, porque se hizo una persona dura, luchadora, fuerte, de carácter difícil, indoblegable y por sobre todas las cosas con una gran honestidad, que en parte yo heredé.

Los primeros tiempos viajó sola a Chilecito para trabajar, dejándome al cuidado de mi abuelo y su madrastra, los cuales no me trataban bien, me castigaban, me obligaban a comer lo que no me gustaba y era motivo de castigo, cuando mi madre regresaba me encontraba solita, alejada y llorando, no lo soportó y me llevó con ella a empezar una nueva vida no menos dura, pero estaría con ella. Tendría solo tres años, tal ves buscaría el cariño que nunca le brindaron, alguien que la quiera, por eso cuando cumplí 4 años ya tenía una hermanita.

En unos años más, por alguna razón nos trasladamos a San Miguel, otro pueblucho donde trabajaba para darnos de comer, ahí empecé el colegio, me gustó tanto que apenas llegaba a mi casa escribía en todo lo que tenía cerca, puertas, piedras, ni el telar de mi madre se salvaba, cuando ya no tenía lugar donde escribir borraba todo y empezaba de nuevo, cuando no escribía le ayudaba a llenar con hilo las bobinas para las lanzaderas, ella me enseñaba y la ayudaba con el telar, como no alcanzaba a la parte del medio para empujar las lanzaderas, aunque mi mamá puso una piedra, mis brazos no llegaban así que lo hacía desde el costado, más de una ves fui a parar al suelo y otras veces quedaba colgada, pero me daba maña en ayudar para que cuando llegaban los de La Cooperativa ya estuviesen los rollos de lienzo medidos y marcados para que los lleven, era otra forma de ganarse la vida.

Me gustaba aparte de escribir, leer, mi madre me compraba la revista Mundo Infantil que yo coleccionaba y hacia de maestra con mi hermana, ella no vivía sola, tenía una pareja y también tuve otras hermanitas que no crecieron, quizás Dios no quiso, solo fuimos dos hermanas.

Era la época cuando de parte de Eva Perón regalaban montones de ropa en los colegios, como zapatillas que las odiaba, no conocía zapatos y me hice una promesa siendo tan chica, que cuando sea grande trabajaría y nunca me compraría zapatillas y cumplí la promesa, volví a usarlas cuando mis hijos eran grandes y mi madre me regaló un par de Adidas. También regalaban juguetes, guardapolvos y unos vestidos de lana azules mangas largas con un cinto, horribles.

Mi mamá era peronista a muerte, cuando tenía que votar íbamos en un camión con otra gente cantando la marcha peronista.

En San Miguel vivimos en dos casas distintas, en una de esas me acompañaban a la escuela y mi hermana nos seguía, en una ocasión pasó por debajo de una gran manivela de las lanzaderas del telar donde sobresalían unos tornillos, levantó su cabeza antes de terminar de pasar y se le enterró produciéndole un gran sangrado, mi madre se asustó tanto que yo no fui al colegio ese día.

Vivimos allí hasta que se separó de su pareja, esto sucedió tras un hecho traumático para mi, ya que ese hombre me quiso abusar y al contarle a mi mamá ella decidió abandonarlo y nos trasladamos a Chilecito a un nuevo trabajo cama adentro con nosotras. Yo seguí en otro colegio, Joaquín V. González para 3er grado, como no creían que me correspondiera ese nivel por mi tamaño me volvieron a 1er grado y luego de una evaluación me retornaron a 3er grado que finalmente repetí, a partir de ahí empecé a ser un buena alumna y con buenas notas.

A mis 11 años empecé a trabajar cuidando una nena y seguía estudiando, fui a un colegio de monjas donde tenía un uniforme con boina para los domingos que nos llevaban a misa. De ese colegio nos llevaron al cine para ver la película “Marcelino Pan y Vino” que me encantó y de grande la volví a ver. Después fui a otro colegio de nombre 9 de Julio, donde mi hermana comenzó 1er grado.

Finalicé el 6to grado con un buen promedio y como reconocimiento me obsequiaron el libro "Corazón" de Edmundo de Amicis, con una dedicatoria que decía: “Por tu puntualidad y asistencia”, nunca faltaba y era la primera en llegar. Recuerdo una anécdota; cuando estaba en 4to o 5to grado tenia una compañera con síndrome de Down y de la que los chicos se burlaban, un día que todos habían salido al recreo me quedé en el aula con una compañera y la chica Down a terminar de copiar del pizarrón, en eso se volvieron algunos compañeros y le dijeron que se levantara la ropa y se bajara la bombacha, cuando ella lo hizo los chicos se asustaron y salieron corriendo al recreo, la compañera que estaba en el aula y yo la ayudamos a vestirse y ella se tapaba la cara, al otro día vino con su mamá y señaló a los chicos de la broma, la señora les pegó en la cara y yo salí corriendo a esconderme en el grado a llorar porque pensé que a mi también me acusaría y la maestra me consolaba, esa nena no volvió más.

En ese colegio tuve experiencias muy lindas e inolvidables, hice una obra de teatro donde salí de maestra, juré la bandera, bailé el Pericón Nacional y para el final del año lectivo se preparó con mucho tiempo de anticipación una exhibición de gimnasia, con un equipo de ropa que se pagó en la cooperadora para que estemos todos iguales, un pantalón corto azul y remera blanca con el logo del colegio, palos de escoba forrados, con aros, cintas y al final con banderas, nos aplaudieron tanto que fue emocionante, cuanto hubiese deseado que estuviera mi mamá para que se sintiera orgullosa de mi, pero tenía que trabajar y en realidad no era tanto eso, sino que no le gustaba estar entre la gente, yo la extrañe, la buscaba pensando que a último momento se llegaría pero no fue así, cuantas emociones juntas, como disfruté mis años escolares, cuidaba tanto mis cosas que llegaba con mis lápices que apenas los podía sostener porque quedaban chiquitos de tanto uso, hasta que la maestra me decía que debían comprarme otro.

Lamentablemente no pude seguir con el secundario porque ya me tocaba trabajar para que mi hermana siguiera estudiando, pero a ella no le gustaba el colegio como a mi, terminó la primaria a los ponchazos, yo algunas veces me acercaba al alambrado de la Escuela Normal, que era en ese tiempo el único colegio secundario, para ver a mis ex compañeras.

 

“Cuando Dios te quita aquello que tenías agarrado, él no está castigándote, sino simplemente abriendo tus manos para recibir algo mejor.”

 

 

CAPÍTULO II Mi adolescencia

 

Todavía con mis 11 años, creo que para esa época muy chica aún, como para el otoño me viene la menstruación, algo raro para mi, preguntándole a cada rato a mi madre que me hacía mal y que no, hasta que la harté y me dijo que me dejara de joder, fue muy poco y no duró casi nada, luego pasaron unos tres meses sin que me volviese el período, entonces empecé con dolores muy fuertes en el bajo vientre, mi mamá me lleva al médico quien me prescribe un medicamento que era como una especie de ceniza que debía tomar en medio vaso de agua, era tan feo que hasta a mi madre le daba asco dármelo, lo tomé unas tres veces y me viene una menorrea al punto que me debilitaba y lloraba, los primeros días ni al colegio podía ir que era lo que más lamentaba, de noche parecía que me orinaba, me ponía plásticos para no manchar la cama, mi mamá me colocaba un elástico ancho en la panza como para detener un poco la hemorragia pero tampoco me llevaba al médico porque le parecía normal, no había paños ni trapos que alcanzaran estaba todo el tiempo lavándolos, me duraba entre 10 a 15 días hasta que de a poco se retiraba, así era cada dos meses, demasiado traumático, me angustiaba y me daba miedo cada ves que me venía, así aguante por varios años hasta que viajé a Córdoba y la señora de la casa donde trabajaba me hizo ver con un ginecólogo quien me recetó unas gotas para tomar los tres primeros días del período, lo hice por varios meses hasta que empecé a tener un ciclo normal y ya no tenía esos días angustiantes con miedo a tener manchada la ropa (no se conocían los apósitos de ahora) pero aún así los tres primeros días me bajaba demasiado, luego empezaba a mermar y ya duraba menos hasta que después fue completamente normal y puntual cada mes, para mi esas fueron las gotas milagrosas. Cuando con el tiempo empecé con mis hijos con cada parto se me mermaba cada vez más, hasta que se me estabilizó a solo tres días justos cada mes.

No me acuerdo si me gustaba algún chico, si me acuerdo que solo íbamos a los bailes de carnaval porque nos llevaba mi mamá, en ese tiempo los menores no entraban sin un mayor que los acompañe, por supuesto que me gustaba que alguien me mire, pero como era chica me controlaban, no era de las que me escapaba o estaba escondida con algún muchacho, no salía de noche ni tenia novios, ¡que pena! quizás ahora tendría lindos recuerdos, o alguien se acordaría de mi, voy a Chilecito y no conozco ni tengo viejas amistades, por eso estoy pocos días y me vuelvo porque me aburro, por otra parte mi madre y con su edad (78 años) aún sigue trabajando.

En ese tiempo deseaba tener una bicicleta, mi mamá juntó dinero y me la compró, era de color negra y me sentía orgullosa de tenerla pero la disfruté poco tiempo, además casi me mato, un día que salí a pedalear me fui cuesta abajo y me quedé enganchada en la caja de un camión que daba la vuelta en una esquina, atiné a tirarme sobre la vereda o quedaba bajo de la rueda, no le conté a mi mamá, la lleve a una bicicletería para que le arreglaran el manubrio que quedó torcido, más adelante contaré el destino de mi bicicleta.

Seguí trabajando con niños hasta que a los 13 años empezarían a cumplirse mis sueños, irme de Chilecito. Mi mamá trabajaba con una familia que vivía al frente de la plaza, donde ahora es una galería, era una casona muy grande donde vivían los padres ya ancianos de uno de los hijos que querían llevarme a la ciudad de La Rioja como niñera, era tan grande esa casa que me ponían de vocera de la Sra. que estaba en la cama para avisarle a mi madre cuando la llamaba, ya que la cocina y el resto de las habitaciones estaban afuera, ahí había una biblioteca llena de libros de medicina que me los devoraba, llegué a soñar que podría haber sido médica o enfermera, quizás lo hubiera logrado de haber sabido tomar mi lugar, pero lamentablemente la vida me deparaba la compañía de una persona egoísta y poco inteligente.

Cuando terminé el colegio me fui con esta gente a La Rioja, desde allí le mandaba dinero a mi mamá todos los meses y con lo que me quedaba compraba ropa. Como me gustaba la lectura me anotaron en una biblioteca donde supe leer las colecciones de Emilio Salgari, Mujercitas, Hombrecitos, libros del espacio, anatomía y otros que no recuerdo.

Al cabo de un año volví a Chilecito y ahí trabajé en un bazar, con el tiempo la misma gente le pide a mi mamá para que me deje ir a Córdoba a trabajar otra vez de niñera, ella no quería que me fuera tan lejos y yo la convencí, es así que me fui a La Rioja donde me esperaban y paramos en un hotel porque ya habían trasladado todos los muebles a su nueva casa en Córdoba, al segundo día viajamos a mi nuevo destino de donde ya volvería a Chilecito solo de vacaciones.

Era fines de 1960 tenía 14 años y era feliz, llegué a una casa de dos plantas en el barrio Parque Vélez Sarsfield, cuando salía lo hacía con esta familia de apellido Cáceres y sus chicos a tomar helados al centro, entonces conocí los tranvías, para mi todo era nuevo ya que no conocía nada ni a nadie.

A los meses conocí a un chico que no me acuerdo ni el nombre, solo nos encontrábamos en el barrio, no salíamos mucho y al poco tiempo desapareció, no supe nada de él y me preguntaba que le habría pasado.

Creo que por ahí cumplí mis 15 años y ni me enteré, tampoco sabía que para una chica son tan importantes, para mi pasaron desapercibidos, no he tenido un lindo vestido, ni una fiesta, ni regalos, solo estaba cuidando niños.

Y pasó el tiempo, todas las tardes miraba un muchacho que pasaba a la misma hora en su bicicleta, después me entero que volvía de trabajar, yo trataba de salir con los niños que cuidaba a esa hora para verlo pasar, creo que fue amor a primera vista, era amigo de los vecinos caseros de una casa en construcción que estaba al lado de mi trabajo, hasta que para un carnaval del año 1961 lo conocí, de nombre José Luis (JL) me gustó y me enamoré, a los tres meses aparece el chico que había desaparecido sin saber porqué, estaba vestido de soldado, lo habían llamado para el servicio militar y no pudo avisarme, pero él volvió para seguir conmigo y fui honesta para decirle que ya había conocido otro muchacho, me dijo que lo perdonara y me agradeció la sinceridad, desapareció de mi vida, ¿que hubiera pasado si seguía con él? ¿Si no lo conocía a JL?

De esto y hasta que nos pusimos de novios paso un tiempo largo, eso fue muy lindo, disfrutábamos cada momento, lo amaba. Junto a él conocí un poco de Córdoba.

Era un poco tímida y me costaba hacerme de amigas, hasta que un día se acercó una chica que trabajaba a la vuelta, íbamos juntas hasta la panadería, así nos hicimos amigas, yo no salía ni conocía bailes, ella me comenta y me invita para un domingo que había una matinée en Villa el Libertador donde ella vivía, era desde las 17:00 a las 24,00 hs, yo tenia ganas de ir pero no había como decirle a JL, como no conocía para volver me dice que me quede en su casa y al otro día vendríamos juntas al trabajo, así fue, estaba entusiasmada y fuimos a bailar. En esa época estaba de moda La Pachancoya que lo cantaba Carlitos Rolán con el cuarteto Leo, creo no haberme divertido y bailado tanto como esa única ves, pero tampoco imaginé que JL se enojaría tanto, éramos solo novios, pensé que al no hablarme cuando al otro día nos encontramos en la panadería se había terminado todo, pero a los días supuestamente se le pasó la bronca pero no fue así, con el tiempo y ya casados cada vez que salía y volvía tarde era la excusa para decirme que se estaba vengando de ese día que me fui a bailar y lo deje plantado.

Después de 2 años y medio salí de ese trabajo y empecé en el Cerro de las Rosas, no sin antes viajar a Chilecito porque ellos me trajeron y de esa forma concluían con su responsabilidad. La gente del Cerro también era de Chilecito y yo igual que con los anteriores estaba a su cargo, allí estuve durante un año y con JL solo nos veíamos los fines de semana, no me gustaba ese trabajo ya que me sentía discriminada, eran muy exigentes, no permitían que usara pantalones, que tenga amigas, ni que nadie se parara en la puerta por mi.

Busqué otro trabajo en barrio Parque Vélez Sarsfield, de esa forma estaba más cerca de mi novio. Esta gente me acompañó hasta la terminal y se quedaron hasta que salió el colectivo, llegué al otro día a Chilecito y esa misma noche viajé nuevamente a Córdoba. Ellos ya no eran responsables de mi, estuve un tiempo en ese trabajo, así sola y sin que nadie me aconseje decidí buscar otro empleo en el mismo barrio donde si estuve mucho tiempo, cambiaba de trabajo pero no de novio hasta que en el año 1965 quede embarazada, tuve miedo ¿que hacía? Éramos jóvenes inexpertos y si me echaban del trabajo no tenía donde ir.

Me armé de coraje y se lo cuento a la Sra. Niní, que así le decían a mi patrona, tenía dos hijos que yo cuidaba de 6 y 8 años, me miró con cara de pocos amigos y me hace una propuesta, mi corazón se salía de su lugar de tan fuerte que latía, su cuñado era uno de los dueños de la Clínica Reina Fabiola que por ese tiempo estaba en el Bv. Illia, me dice que cuando naciera el bebé lo dejara en La Clínica en adopción, que yo era joven, que tenía mucho tiempo por delante para tener más hijos y que cuando naciera yo no lo vería, seguramente alguna familia le daría más de lo que yo le podía dar. Si, era joven sin experiencia, sin ayuda de mi familia que tampoco se enteraron, sin saber lo que me esperaba, sin pedir consejos a nadie porque no tenia a quien, tomé el valor tragando saliva y dije que no, me temblaban las piernas, al otro día se lo comento a JL y él me dice que quizás eso hubiera sido lo mejor, no quería tener responsabilidades, le dije que si él no lo quería me las arreglaría sola, siendo tan joven me sentí madre, tuve el valor de no entregar a mi bebe en adopción.

Nadie te enseña ni te da un curso ni un carnet para ser madre, solo la vida te enfrenta a todos los acontecimientos, ningún hijo pide venir al mundo, ni puede elegir a sus padres, pobres o ricos, negros o blancos, lindos o feos, malos o buenos, eso solo el tiempo y Dios lo decide. Después todo siguió con normalidad, no se habló mas del tema.

Cuando ya estaba por cumplir los 9 meses, donde trabajaba deciden irse de vacaciones, me quedaba sola, me dejaron encargada a una amiga de la señora. A la media noche del 3 de junio rompí bolsa, así sola y asustada caminé dos cuadras con mi bolsito que tenia preparado hasta donde vivía esta señora, parecía que me orinaba, toque la puerta salió ella, sacó el auto y me llevó hasta la clínica, yo tenia miedo de que me quitaran mi bebe, llegamos como a las 2:00 de la mañana, en el ascensor seguía perdiendo líquido, estaba tan asustada, así estuve con dolores hasta las doce del medio día del 3 de Junio de 1966 cuando nació una nena que se llama Irma Haydeé, solo me acompañó una extraña que le fui a interrumpir el sueño y quien sabe si se estaría diciendo en ese momento para que me joden a mi, que tengo que ver.

A la tarde como JL no me vio en la casa se fue a la clínica a conocer a su hija, le compró unos aritos porque yo se lo pedí. Él se quiso casar conmigo aunque siga trabajando cama adentro, pero al comentarlo en su casa la madre no lo dejó.

Estuve 3 días internada porque esperaban a la Sra. Niní para ver que se hacía, cuando llega nos fuimos todos al Registro Civil para anotarla, el padre le pone su apellido pero no me dejaron llevarla a la casa porque ella tenia miedo que por atender a mi hija no le atienda los de ella, yo lloré y JL también me convence de que lo haga, pero no me dice nos vamos solos y nos arreglamos, no quería hacerse responsable, querían llevarla a la Casa Cuna para que este al cuidado de profesionales, tenga médico y gente que la atienda, no me quedó más remedio que hacerlo con el dolor en el alma, no me quedaba otra, ella firmó, yo me aseguraba y decía que no la daba en adopción, la visitaba un día durante la semana y los fines de semana, una vez la encontré que tenia varicela, otra vez con una carita triste, ya no quería que estuviera ahí, entonces busqué otro trabajo.

Así fue que encontré un lugar donde me aceptaban con la nena, ella se enteró y me lo reprochó, recuerdo que era la comunión de su hijo, yo le dije que si no tenia mi hija conmigo la dejaba, ahí me amenazó diciendo que si ella no firmaba yo no podía sacar la nena de donde estaba, ya me había asesorado y como era la madre podía sacarla cuando quisiera y eso se lo decía, se puso verde de bronca y me pide que espere que pase la comunión del hijo y dije que no, estaba decidida a tener a mi hija conmigo cueste lo que cueste, no tuvo más remedio que aceptar porque no quería que me fuera. Le lleve la mejor ropita y fui a buscarla, la vestí y me sentía orgullosa de venir en un taxi con mi Irma en brazos, era Noviembre y ya tenia 6 meses.

A partir de ahí las cosas fueron distintas, todos estaban encariñados con ella, en el trabajo se preocupaban por darle atención médica y todo lo que necesitaba hasta que tuvo casi un añito, ahí JL se decidió a que nos fuéramos a vivir juntos en la casa de una tía en B° San Vicente, en una pieza.

 

“Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca hiciste.”

 

 

CAPÍTULO III Mi matrimonio

 

Los primeros tiempos fueron muy lindos, los tres vivíamos con lo justo pero bien, JL trabajaba en el transporte urbano, pero no estaba efectivo, solo teníamos la cama grande y una cama de una plaza para Irma porque la cuna ya le quedaba chica, una hamaquita para ella que también la usaba de caminador, una mesa de madera, dos sillas, un calentador a presión para cocinar, una repisa que JL hizo con unas maderas que compró para guardar la mercadería y las cosas de la cocina, como no teníamos ropero colgábamos la ropa en una soga, una plancha a vapor que un día mientras limpiaba y planchaba la ropa de trabajar de él, se la dejo encargada a Irma a la tía de JL y salgo al frente a comprar huevos cuando siento una explosión, me apuro, la casa tenia un pasillo largo, cuando entro la tenia en brazos a la nena y en la pieza estaba la plancha tapada de arena, había explotado, saltó la tapa hasta el techo con una llamarada, en esos momentos estaba un albañil trabajando y le tiró arena, Irma estaba asustada y sin llorar, si estaba yo tal ves me hubiera explotado en la cara, la suerte me acompañó.

Cuando ya empezó a caminar en la carnicería donde compraba la carne se encariñó con un gatito, se lo regalaron y lo llamaba Mau Mau, jugaban mucho y se divertían hasta que un día se fue por el techo y no volvió, ella lo seguía llamando.

Después de un tiempo JL quedó efectivo en el trabajo y empezó a llegar tarde, cada ves más, a veces a las 4 de la mañana me levantaba para calentarle la comida y no importaba a la hora que llegaba, con amor lo hacia, hasta que descubro por sus planillas que su trabajo terminaba a las 22:00 o 23:30, cuando le pido explicaciones no me las daba, desde entonces no me levante más, le decía que se calentara él la comida, empecé a ver y a darme cuenta como me engañaba, tuve hasta contagios de enfermedades venéreas de las otras mujeres, poco le importaba que me contagiara.

Después de un tiempo le pido a mi madre que me mande la bicicleta, la embaló bien y me la manda por la empresa Cotil, la usaba JL en la calle y yo en el patio, una ves me dice que le salió un comprador y sin consultarme la vendió, yo a la plata no la vi. Pasé tanta rabia y desconsuelo, cuanto me dolió por ser un regalo de mi madre, no pensó que tal vez les serviría a los chicos, ni le importó, me quedé sin mi bici.

 Vivimos ahí casi dos años y medio, quedé nuevamente embarazada, nos pidieron la pieza y fuimos a instalarnos en la casa de mis suegros, creo que a partir de ahí empezó el principio del fin, le pedí ya que venía otro hijo que nos casáramos y así fue, solo por civil el 11/06/1968, nuestros testigos fueron mi cuñado Nicky y su esposa Mirta, solo los cuatro sin fiestas ni festejos, a tal punto que nunca tuve en cuenta ese día, no había aniversarios que recuerde y ni él se acordaba ni siquiera de mis cumpleaños, pienso que no era por falta de amor porque se que me quería a su manera, pero no sabia demostrarlo, le faltaba inteligencia, cultura, contención y yo seguí su camino, tratando de que me mire, pero en realidad me anuló.

Antes de que el Gringo naciera decidí bautizar a Irma, la madrina seria Juana, esposa de Ángel, el hermano mayor de JL y el padrino Carlos otro hermano de él. El día del bautismo, turno que saco Juana, yo no pude ir porque tenia que esperar a mi marido para servirle la comida ya que tenia que ir a trabajar, además no quiso que yo fuera porque no quería que se la bautice, en realidad no le gustaba que salga. Juana la llevó igual y la bautizó, así fue con todos los chicos, no estuvo en el bautismo del Gringo y eso que estaba enfermo, se lo bautizó a los 2 meses, ni en el de Verónica, que era la más chica y se la bautizó a los 5 meses, ni tampoco nos acompañó ni participó para las comuniones de ellos.

Cuando me interné para tenerlo a mi hijo, que nació el 08/10/1968 a las cuatro de la mañana, Irma hacía unos días que estaba con fiebre, el pediatra me decía que estaba incubando algo. Mientras estuve internada y nacía el hermano ella estuvo con sarampión, no pude estar a su lado. Nació un varón al que bauticé Jorge Luis, pero que apodaron Gringo por ser colorado y después rubio, cuando le mostré a su hermano dio vuelta la carita, quizás echándole la culpa por no haber podido estar con ella mientras estuvo enfermita, aún tenia las manchitas y sentía celos de su hermano, no quería ni ponerle el chupete. A los pocos días el bebé se enfermó por una ictericia grave que le afectó el hígado y estuvo internado alrededor de 25 días en Neonatología y casi a punto de morir, me decían que fue una incompatibilidad de sangre.

Estando Gringo internado llegó el día de la madre, como JL me veía preocupada, angustiada y para quedar bien ante la familia, me da por única ves en la vida una sorpresa, llegó en un flete de Clappera (una casa de artículos del hogar) no sabía de que se trataba hasta que lo bajaron, era un televisor blanco y negro todo tapizado con mesa y todo, por supuesto él no estaba para ver mi reacción, me dio mucha alegría porque hasta entonces veíamos televisión en la casa de mi suegra, quizás ellos le dijeron que lo comprara ya que él no tenía ese tipo de iniciativas.

A Gringo le hicieron una biopsia al hígado y mejoró su estado, le dieron el alta y cumplía al pie de la letra las prescripciones del médico, ni siquiera tenia el peso con el que había nacido y tenia una gran venda en su pancita. Para sacarlo adelante mi concuñada Elena que unos meses antes había tenido un varoncito de nombre Daniel, me ofrece uno de sus pechos para alimentarlo, que aunque Gringo ya tenia 1 mes lo aceptó sin problemas, así todos los días mañana y tarde lo llevábamos con Irma que ya lo aceptaba y lo cuidaba a la casa de su tía a tomar el pecho prestado. Aumentaba de peso y el médico me retaba porque decía que le quitábamos la alimentación al otro bebé, pero Elena era muy lechera y con un pecho alimentaba bien a Daniel, eso fue por tres meses hasta que mi hijo empezó a rechazar la teta que estaba siempre llena para él, mejoró pero no aceptó alimentos sólidos hasta los 8 meses, solo le gustaba la leche y de a dos biberones. El padre jamás nos acompañó ni se quedaba para cuidar a Irma para que yo vaya sola con el bebe.

Como ya era un niño fuerte empecé a trabajar para salir de esa rutina monótona de falta de cariño y ayuda. Iba a trabajar con los dos chicos, a Gringo lo llevaba en su cochecito y a Irma al lado tomada del coche, una noche cuando volvíamos de trabajar descubro cada ves que pasábamos bajo una luz la carita manchada del bebé, al otro día lo llevo al médico y tenía rubéola, era tan bueno que no molestaba para nada como si supiera que estaba trabajando, por eso no me daba cuenta que estaba incubando esa enfermedad y la fiebre era muy leve, se portaban muy bien. A partir de ahí siempre trabajé sin parar y nunca los dejaba solos ni con nadie, siempre estaban conmigo mientras mi marido hacia vida de soltero sin importarle ni hijos ni mujer, era la esposa legítima y me anulaba diciéndome que era una agregada, que ahí yo no era nada, que no tenía porque exigirle nada. No nos invitaba a salir a lado alguno, pero no le gustaba que saliera y mucho menos sola por celos, entonces empecé a salir con los chicos para todos lados, Irma empezó a ir a un jardín maternal cerca de mi trabajo, para ese entonces Gringo ya tenia dos años.

En alguna ocasión supo invitarme al cine, él se ubicó en una butaca que daba al pasillo para que nadie me vaya a rozar al pasar y yo me senté al lado, junto a mi estaba sentado un hombre, JL no miraba la pantalla por mirarme a mi y a este señor pensando quizás que en algún momento tendría algún roce o algún tipo de trato con él, al extremo que me hizo cambiar de lugar ubicándome a mi sobre el pasillo, me molestó tanto que opté por decirle que nos fuéramos si no iba a ver la película por controlarme.

En otra oportunidad nos llevó a los chicos y a mi al cine, estando durante la proyección noté que Irma se sentía mal y la saqué a la sala de espera para ver que le sucedía, ahí me di cuenta que se había ahogado con un caramelo y trataba de que lo expulsara, un señor del cine se aproximó para auxiliarnos y me ayudo a que Irma escupiera el caramelo, en eso sale JL con Gringo de la sala a ver que sucedía y al verme junto a este hombre me hizo una escena de celos, al punto que nos fuimos sin poder ver la película. Nunca más fuimos al cine con él. En esas pocas ocasiones cuando salíamos deseaba que nos llevara más al centro a tomar un helado con los chicos para que vean lo distinto que era de noche la iluminación y los hippies que vendían artesanías, no lo hacia, nos llevaba casi corriendo por unas calles desoladas para tomar el colectivo lo más rápido posible, así nos dejaba en casa para poder salir por su cuenta, consideraba que ya había cumplido con nosotros

En ese tiempo seguíamos todos los domingos la serie Titanes en el Ring con espectadores del lado de afuera mirando por la ventana, eran los chicos de la cuadra, un domingo que era el último campeonato y era importante, salí con los chicos para volver antes del programa, me fui a B° San Roque a la casa de una familia amiga en común, eran los mismos caseros que vivían al lado de mi trabajo cuando conocí a JL, yo estaba con Chabela que así se llamaba, mirando los chicos que jugaban y el marido de ella estaba charlando con un amigo dentro de la casa, la pasábamos lindo. Siempre trataba de irme antes que se haga la noche, llegamos a casa y nos preparamos para ver el programa, me extrañó que JL no daba señales ya que salió por la mañana a trabajar, entonces me dije seguro se quedó por ahí como siempre, después nos acostamos. Los chicos tenían una cama de una plaza donde dormían una para los pies y el otro para la cabecera, Gringo se durmió, Irma estaba mirando TV a mi lado, como a las 23hs llega él hecho una furia, cerró la puerta con el pasador y me pregunta si salimos y adonde, le conté, le pregunta a Irma quien más estaba donde fuimos, ella no le contesta, lo sacude al Gringo para despertarlo y le pregunta quien estaba, él le contesta medio dormido “un hombre”, entonces me grita porqué mientras él estaba trabajando yo tenia que andar divirtiéndome y empezó a estrangularme, Irma se asustó se levantó de la cama y dijo lo voy a llamar al abuelo, ahí me soltó y le dice “¡No, quedate ahí!”, lo que pasó fue que el que lo tenia que relevar no fue y le tocó manejar todo el día y como salimos se desquitó conmigo, a partir de ahí cada ves que él llegaba, sin importar la hora, los chicos se tiraban encima mío para protegerme, quedaron con miedo. Que podía hacer si para todo estaba sola, ni a mi madre le contaba porque ya demasiado tenía con los sufrimientos de mi hermana para agregarle los míos, entonces yo solo lloraba en silencio.

La mayoría de las veces él salía los viernes a la noche y no volvía hasta el domingo a la madrugada, era una visita en la casa, uno de esos fines de semana él salió el día anterior y yo quería irme con los chicos antes de que llegara, cuando estábamos listos, incluso había comprado ravioles para llevar, siento el ruido de la moto, al vernos listos para salir se envenenó y eso que él recién llegaba desde el día anterior, empezó a burlarse diciéndome de donde venía y con quien había estado pasándome el zapato por entre las piernas desde atrás mientras yo estaba agachada cambiándolo a Gringo que era un bebé, fue tanta mi furia que le tiré en la cara con una talquera, fue entonces que empezó a pegarme y yo me defendía, me dejó las pierna moradas pero me fui igual amargada e impotente sin poder hacer nada, a la tarde cuando estábamos por regresar llegó él  a buscarnos con el colectivo como si nada hubiera pasado, subimos muy a pesar mío ya que los amigos no tenían porque saber de mi drama.

Si, hasta le encontraba en los bolsillos facturas de los hoteles donde pasaba la noche con mujeres. Cuando me contagiaba con infecciones venéreas era fácil para él echarme la culpa a mí para exculparse. Cierta vez, teniendo Gringo un año, yo veía que se rascaba un ojo a cada rato, lo empiezo a revisar y le encuentro un bichito en el ojo y lagañas, ese bicho era una ladilla contagiada por su padre porque quedaban en la cama, traté de sacarle con una pinza de depilar, lo puse entre mis piernas para no lastimarlo y lloraba tanto y a los gritos que se acercó mi suegra para ver que le estaba haciendo y le muestro las hazañas de su hijo, le daba vergüenza y se lo dijo, yo lo trate de sucio como lo que siempre fue, si hasta yo llegué a tener eso y como no sabía que eran me fui a la Gineco y ella me dijo, “esto te lo contagió tu marido a vos y a tu hijo”. No le importaba con que mujeres andaba, ni el color ni la limpieza, prostitutas o de la peor calaña, entonces traía cualquier peste sin reparar en las consecuencias.

Cuando todavía eran chicos siempre para alguna de las fiestas de fin de año viajábamos mis hijos y yo a Chilecito para pasarlo con mi familia, ya que JL nunca nos quería acompañar. Cierta vez le pedí que vaya, viajó solo justo para Año Nuevo así que ni estuvo con nosotros ni con su familia porque esa noche la pasó viajando, llegó a la madrugada, mi familia se brindó toda y le brindaron todo con la mejor voluntad, conoció Malligasta nunca dijo si le gustó o no, cuando regresamos estaba todo bien pero después empezó a mostrar las uñas de maldad criticando a mi familia, tratándolos de ordinarios, putas y borrachos y así terminó él, en una de las tantas discusiones un día me gritó diciendo “¡ojala recibas un telegrama donde te digan que se murió tu madre!” yo le contesté espero que no recibas vos primero y así fue, la madre de él ya murió la mía vive aún gracias a Dios, a partir de ahí no volví a permitir que fuera a Chilecito.

 

"No se puede odiar nada que no se haya amado antes."

 

"El amor tiene un poderoso hermano, el odio. Procura no ofender al primero porque el otro puede matarte."

 

 

CAPÍTULO IV Mis hijos

 

 Irma cuando empezó el 1er grado lo hizo en el colegio Roque S. Peña, la llevaba un transportista que no era muy responsable pero no conseguía otro, a veces la traía muy tarde, un día la llevó y la dejó sin saber que no tenían clases por falta de agua, la chica estuvo solita toda la tarde en la vereda, cuando llega a casa me cuenta todo y le pregunto quien la miraba y me dijo que una portera. Al otro día lo esperé al transportista, le dije de todo y lo despedí sin pagarle por irresponsable, a partir de ahí la llevaba y buscaba todos los días con el hermano a cuestas.

Por el año 1972 vivíamos en la casa de mis suegros, JL le mentía a su madre diciéndole que yo no le preparaba la ropa, de esa forma llevársela a ella para que se la lave y la tenga lista en su casa para llegar del trabajo cambiarse y salir a sus andadas, no se perdía cumpleaños, bailes y toda fiesta donde haya mujeres y amigos, no llegaba a nuestra habitación ni para ver los chicos, incluso le dijo que me corte la luz porque me la pasaba mirando novelas, cuando en realidad eran los chicos que miraban dibujos. Cierta vez tenía que planchar el guardapolvo de Irma entonces le pido a mi suegra que me de electricidad y me contesta que por orden de JL no me la podía dar, entonces me fui a la casa de una vecina de nombre Otilia y le pedí por favor que me deje planchar el guardapolvo comentándole los motivos y como era de esas negras camorreras sin pelos en la lengua cuando lo vio a JL se lo dijo y lo trató de caradura, como le dio vergüenza no le dijo más a su madre que me corte la luz.

En ese mismo año Irma me cuenta que la maestra le pegó en la cara, me fui hablar con ella para pedirle explicaciones, la llama a Irma y le pregunta, “¿cuando te pegué, donde?” y ella sin miedo se lo dijo como y donde, con firmeza y con bronca le dije que la madre soy yo y a la nena la mando al colegio para que le enseñen no para que la maltraten, se puso histérica y me dice que no la haga perder el tiempo que estaba trabajando y que ya no le iba a prestar atención a mi hija. Ni lerda ni perezosa me fui a la Dirección, hablé con la Directora y ella me dice que no siempre se debe creer en la fantasía de los chicos, le contesto que yo conocía muy bien a mi hija y sabía que no mentía y si no le iban a prestar atención ya mismo me la llevaba, me dijeron que me quedara tranquila que ya solucionarían las cosas, hablé con la Rectora diciéndoles que si no se arreglaba esa situación la cambiaran de aula y de maestra, inclusive de escuela. A la tarde cuando voy a buscarla Irma me cuenta que la llamaron a la Dirección a ella y a la maestra, le preguntaron y ella dijo todo delante de todos, la sancionaron a la maestra y me dice que la vio con los ojos rojos, pensé que sería peor, que no le prestaría atención, que seguiría tratándola mal o le pondría malas notas y no fue así, terminó bien el año.

Para todo esto estaba sola, yo era mamá y papá, ya que ellos no tenían un padre que se ocupara o me ayude con esas cosas porque no le importaba y seguí llevándola y trayéndola hasta fin de año, en los años siguientes ya fue al colegio de Pque. V. Sarsfield que estaba más cerca.

Como yo trabajaba JL empezó a mezquinarme la plata y para que no le saque de su billetera la escondía en la casa de la madre, no me daba ni para la comida, cuando se la pedía me decía cómprales yogur, ¡como pude ser tan ignorante y aguantar tanto! Yo lo quería y tenía la esperanza de que cambiaría alguna vez, ¡que ilusa! ¿porque no me fui? nunca se interesó por los chicos ni por mi.

Una vez se enfermaron los dos, Irma con bronquitis y como tosía mucho le sangraba la nariz, Gringo con fiebre y tos, no sabía a quien atender primero, todas las noches le colocaban inyecciones a Irma para cortarle la hemorragia y él solo protestaba porque no lo dejaban dormir, tenia que trabajar.

No parecía tener sentimientos, tenia doble personalidad, en la calle y con los demás era de lo mejor, solo le importaban los amigos, a la familia que la parta un rayo, solo Dios y yo sabíamos que en la casa era el diablo personificado, jamás una atención ni un abrazo para los hijos, nunca hablaba con ellos, cuando arreglaba la moto de las tantas que supo tener se tiraba al piso para revisarlas y el Gringo hacía lo mismo, le preguntaba que es eso, para que sirve, no tenía paciencia, lo corría para que no lo molestara, yo le decía que lo dejara, que le explicara, a lo mejor le gustaría más adelante la mecánica.

Le molestaba si jugaban, si corrían, si se reían, hasta le preguntaron una vez en el colegio a Gringo si tenia padre porque nunca lo vieron, nunca los llevó ni los buscó, ni fue a reuniones ni a fiestas, si por él hubiera sido no hubieran ido a la escuela, como él era un ignorante quería que los hijos fueran iguales, nunca los aconsejó ni les daba un beso, ni les preguntaba que hacían en la escuela, nunca firmó la libreta, si yo no se la mostraba ni se enteraba como andaban, cuando él no estaba y nosotros nos sentábamos a la mesa charlábamos y reíamos de lo que contaban de la escuela, de los amigos, en el momento que llegaba el padre quedaban mudos, él no buscaba conversación, no les preguntaba de que hablábamos, no participaba de las charlas, todo le parecía mal, yo nada le podía contar porque todo eran sospechas y celos.

 Mientras vivíamos en la casa de mis suegros un día él salió temprano para después ir a trabajar, vino a la casa el hermano mayor a festejar su cumpleaños, con asado, música y joda, se divirtieron, bailaron, los chicos jugaban y su hermano me invita a bailar, yo no quería porque sabía lo que me esperaba, pero no debía hacerme la importante porque ellos no sabían lo que realmente era JL. Eso duró casi hasta la madrugada, cuando llega mi marido se da cuenta de lo que se perdió, empezó a preguntarme quien estuvo, estaba transformado de furia porque no participó, le preguntó a la madre y a los chicos si bailé, no le contestaron, la madre le dijo que a mi me tenía de víctima, hasta que yo misma le dije que si, que bailé con el hermano.

Cuanto me mortificaba con malos tratos psicológicos, se vengaba, me insultaba, se burlaba y hasta me refregaba sus aventuras, era terrible y yo sufría, a veces deseaba no estar ahí, contarlo y vivirlo hay una gran diferencia.

Él hacía diferencias con Irma, traía caramelos o chocolates para el hermano y para ella no, entonces me enojé y le dije que traiga para los dos o para ninguno, le tiró los caramelos en la mesa (que de eso ella se debe acordar)  y ella le dijo retirándolos, “no los quiero” se sentía despreciada y él le contesta “váyase a la mierda, veneno te tendría que dar”, cuanto dolor sentí y quien sabe lo que sintió ella.

Cuando Gringo cumplió 8 años decidí comprarle un reloj, su primer reloj, tenia 7 alarmas y lo hice preparar para que lo despierte, estaba tan contento, cuando llega el padre de trasnochar y como estábamos todos contentos él se lo muestra y entonces JL me dice a mi “se lo hubieras dado para su cumpleaños” le contesto que ese día era su cumpleaños, ni siquiera lo tenia en cuenta, le afectó de tal forma al chico que lo demostró en el colegio, al punto que me llama la maestra para decirme que estaba inquieto, distraído y agresivo con los compañeros, como explicarle a la maestra que yo sabía los motivos, pero nunca imaginé que lo afectaría de esa manera.

En esa época Gringo tenía un tic nervioso, no podía tener las manos quietas y hasta en el cuerpo se le notaba, todo era producto de problemas psicológicos por el desastre que se vivía. Irma lo vivió de otra manera, aislándose de todo, callada, tímida en su forma de vestir, no se le daba por salir ni tener novios ni usaba ropas provocativas, si era muy compañera conmigo y se aferraba a mi, lo odiaba al padre, no dejaba que ni se le acercara.

En unos de esos paseos a Chilecito mi madre le pregunta a Irma porque no lo quería al padre, ella contestó que prefería no hablar porque él no merecía ser su padre y no dijo más nada, mi hermana me pregunta si yo estaba segura de que no estaba siendo abusada, yo le digo que JL era todo lo malo y atorrante que un hombre podía ser, mujeriego, mal padre, mal marido, golpeador, descariñado, que prefería a los amigos que a la familia, pero no violador, al menos con los chicos.

Cuando volví de Chilecito luego de 15 días, me cuenta una vecina amiga que todas las noches venia con el colectivo y se bajaba con una mujer y cuando se iba la llevaba ¡dormía en mi cama!, abro el cajón del ropero y las camiseta blancas que le dejé limpias estaban todas manchadas con semen, las usaba sin reparos para limpiarse, eso se lo mostré a mi suegra y ella no lo podía creer de lo sucio y sin disimulo, para colmo estaba con una infección, lo descubro apretándose el pene saliéndole pus, le dije ni se le ocurra tocarme, me daba asco de verlo tan sucio.

Otro día se estaba preparando para salir, mirando la hora cada rato, para no verlo me fui a buscar unos zapatos que estaban arreglando y de paso sacar a los chicos, llegaba a la esquina y una chica dice “allá viene mi amor”, quizás a mi me conocía y lo hacía a propósito, el amor era mi marido y ese era el apuro de él porque lo esperaban, no apareció hasta el otro día, luego le vi una factura de un hotel donde había pasado la noche.

Un día viene el vecino de enfrente a buscar cambio, en ese tiempo no se pagaba con cospeles sino en efectivo y JL siempre andaba con sencillo, como él no estaba yo se lo doy y allí descubro en el bolsito cartas de una mujer y fotos, cuando llega no le dije nada pero Irma le cuenta que el vecino buscó cambio, al verse descubierto en lugar de arrepentirse me atacó y empezó a golpearme, ahí me defendí con uñas y dientes le pegué con una taza que tenia en la mano, lo agarre de los pelos con las dos manos y lo arrastré hasta el patio, Irma le tiraba con lo que podía, en eso estaba Perico su hermano más chico que tendría unos 12 años quien le avisa a la madre que vino a separarnos, estaba tan furioso que la madre en lugar de llevarlo a él me llevó a mi hasta su casa para que no me siga pegando, ahí hice una denuncia policial y mostré mis moretones de las piernas porque era la única parte que pudo pegarme con sus pies, él se asustó y pidió consejos a sus amigos que le dijeron que a las mujeres no se les debía pegar, que podía hacer cualquier cosa menos pegarles y JL siguió el consejo al pie de la letra, los daños psicológicos eran muy graves.

Me hacía la vida imposible, psicológicamente me estaba destruyendo, me trataba de la forma más denigrante incluso ofendiendo a mi familia, tratando de quebrar mi espíritu y mi dignidad, utilizando todo tipo de injurias e infamias con un lenguaje burdo y escatológico. Los peores insultos le salían como llamaradas, al extremo que en más de una ocasión estuve a punto de matarlo, cierta vez con una masa después de sus malos tratos, pero pensando en que sería de mis hijos me detuve, yo vivía por y para ellos, me olvidé de mi, me olvide de vivir, anulada sin amigas ni amigos porque no me lo permitía, ni con los hermanos podía hablar. Que clase de vida puede aguantar un ser humano de esta manera sin volverse loco, aún así no me consideraba una “demente”, como más adelante me diría despectivamente mi hija menor. Hice trámites de separación, hable con un juez y me dijo que estaba en mi derecho, entonces empecé a buscar adonde ir, estaba decidida.

En una de esas ocasiones en que no teníamos diálogo, delante del Gringo que era chico ya que Irma estaba en el colegio, forzándome me tomó por lo hombros, me tiró a la cama vestida, usaba pollera y él sin desvestirse se baja solo el cierre, se me tira encima me aprieta con las piernas y me violó, amenazándome que si me iba dejaba de trabajar y no me daba ni un peso para sus hijos, yo solo pensaba en el Gringo que no sabia que estaba pasando y trataba de que no se asuste, solo pensaba con quien dejaría los chicos si tenía que trabajar, a Chilecito no me iría a llevarle más problemas a mi madre, tampoco quería que les faltara nada y como todo su maldito comportamiento era en parte porque vivíamos en la casa de sus padres decidí quedarme y le dí un ultimátum, o nos íbamos de la casa de sus padres o me iría con los chicos, ahora me pregunto porque no me habré ido sola y dejarle los hijos a él si también eran suyos.

En definitiva terminé prostituyéndome con el padre por dinero por ellos, porque era lo único que daba, tal ves si yo hubiera cambiado de vida y de pareja me tendrían en mejor concepto, los chicos no tenían padre ni yo marido, una falta de cariño total, yo no conocía lo que era un momento de alegría, de ratos lindos, de salidas, todo el tiempo peleas, angustias, malos ratos, no le gustaba que yo alguna vez estuviera contenta por algo, él tenia que frustrar esa alegría y lo lograba, me hizo tanto daño, tantas cosas que no alcanzarían las hojas para enumerarlas, tampoco fue la única ves que me violaba y lo hacía con violencia, después se burlaba.

Al final aceptó el irnos de la casa de sus padres porque no quería que lo dejase y nos fuimos a vivir a B° Suárez, ahí se portó bien por un tiempo, los chicos querían otro hermanito y también él, yo no, lo intentamos pero no venía y empezó a tratarme de que ya no servía, le contesto que con los dos que tenia era suficiente, que no quería otro hasta que quedé embarazada, esto fue por el año 78 después del gran terremoto que hubo en San Juan y repercutió en toda Argentina.

Irma mientras yo trabajaba cuidaba del hermano, que era bastante obediente y se portaba bien con ella, siempre le dejaba algo semi preparado como para que lo ponga al fuego, así adelantábamos algo hasta que yo llegaba alrededor de las 12 del mediodía, almorzábamos y yo me iba de nuevo a trabajar luego de dejarlos en el colegio. Con lo que ganaba empecé a comprar cosas para la casa, les compré un juego de dormitorio para los chicos, me compré una máquina de coser. Trabajaba en Pque. V. Sarsfield desde que el Gringo empezó Jardín de Infantes.

Una noche tarde, como a la 3 de la mañana llegó JL con una mujer y un bebe en el colectivo, diciendo que no tenia donde pasar la noche y yo como una estúpida le tuve que prestar la cama de Irma, era alguna de las tantas que tenía, nunca me dijo porque la llevó a casa, todo eso y mucho mas me tenia que tragar.

Después de vivir casi 2 años en B° Suárez, buscó alquilar de nuevo cerca de la casa de los padres, Irma se puso a llorar rogando que no volviéramos ahí, se acordaba de las penurias que pasamos en la casa de sus abuelos, yo le explicaba que no iríamos a vivir a la misma casa sino a otra, ella contestó “es lo mismo”, nos cambiamos de casa donde ella no estaba de acuerdo y estaba muy triste, eso fue cerca de la vía en B° Ferrer, como dije estaba embarazada, no fue un embarazo muy bueno, tenía que hacer reposo para no perder, además fue en pleno verano. Un día me desmayé en la feria y otra vez en el supermercado cerca de navidad cuando compraba las cosas, por supuesto andaba sola.

Ya era el mes de enero, la noche del 23 me sentía mal, pensando que ya empezaba el trabajo de parto me apuré para lavar unas ropas que tenia en remojo, en ese tiempo no tenía lavarropas, nunca lo tuve, todo lavaba a mano. A dos casas estaban mis suegros, no le comenté a JL que me sentía con contracciones, él se fue a trabajar esperé que amaneciera y me fui a decirle a mi suegra que me iría a la Maternidad y que se encargara de los chicos, ella la hizo buscar a Elena (mi concuñada) quien me acompaño y estuvo hasta el mediodía. Irma y Gringo se quedaron al cuidado de su padre que después se enteró que estaba internada. Irma le preguntó a mi suegra, quien no la quería mucho, como sería su hermanito y ella le contestó “seguramente otro negrito como vos”, la discriminaba a tal punto que no creía que fuera hija de JL por ser morocha como yo, o una “negra de mierda” como me rotuló más adelante mi propia hija menor.

Como se demoraba en nacer me pusieron suero por goteo para apurar el parto y a las 18hs del 24 de enero nace una hermosa bebe, tan tierna y frágil, tan inocente y bonita, pensar que yo no quería otro hijo, al otro día a la mañana recién fue el padre a conocerla, mientras ella nacía los Navas festejaban.

Cuando volvimos a casa vino una pareja amiga a conocerla y a traerle un regalo, yo estaba muy dolorida pero JL me dice que me ponga a preparar algo para las visitas, la mujer se dio cuenta y le dice “¡estas loco acaba de tener familia y tiene que estar en cama!” y él contestó “pero si está de lo más bien”. Él no se levantaba ni para buscar un vaso, yo no podía estar parada por el dolor de mis piernas.

Ahí estaba Verónica lloraba de noche y dormía de día. Para que el padre no la escuche porque tenía que trabajar me encerraba en el baño hasta que se iba, en un momento mientras la cambiaba él dijo “me hubiera gustado que fuera un varón”, pero era la mimada, la malcriada, no por eso dejó de salir a andar con mujeres y siempre de joda con amigos.

Como le tenía mucha desconfianza por los contagios de las enfermedades que contraía con otras mujeres no quería tener sexo con él, pero no podía creer que yo pasara tanto tiempo sin tenerlo y creía que a escondidas de él me acostaba con otro (ojala así hubiera sido), por eso a veces me forzaba con violencia y bronca. En una de esas violaciones me embarazó y como ya no quería tener mas hijos me provoque un aborto que casi me mata por la hemorragia, me puse una pastilla que alguien me dio que no recuerdo su nombre y me tomé un te de yuyos, eso me provocó el aborto, empecé con fuertes dolores y empecé a perder sangre, estaba sola con los chicos, fui al baño y eran unos coágulos enormes, hice que llamaran a Mari, mi concuñada porque me asusté, ella lo llamó a JL que como siempre estaba con los amigos, me estaban por llevar a la obstetra entonces me paré contra el ropero y no podía dar un paso, JL me gritaba desde una ventana que me apure y que dejara de hacerme la artista porque tenia el auto de Perico, mi cuñado, preparado. Yo no podía moverme y me desmayé, según Mari me fui resbalando por el ropero y caí sentada, el pasó por la ventana me pusieron en la cama y ella me cacheteaba, cuando reaccioné me ayudo a salir afuera y subir al auto, llegamos a la Dra. y me hicieron un legrado por precaución, por si me quedaba un resto para que no me diera una infección, quedé totalmente deshidratada y anémica me recomendó reposo y mucho líquido, Irma estaba muy asustada, lloró y me cuidaba, a JL no se le movió un pelo, se fue a trabajar.

Al otro día Irma estaba de cocinera, mientras cuidaba a su hermanita, yo le daba las indicaciones para que prepare un puchero, al mediodía llega JL y la comida todavía no estaba lista, cuando me vio en la cama parecía el diablo me miraba con odio, no le gustaba verme así, yo tenía que arrastrarme esté como esté para atenderlo, no podía levantarme, estaba débil y pálida amarilla, salió a la calle dando un portazo y furioso, Irma se quedó triste ya que se sentía orgullosa de preparar la comida para todos y esperaba por lo menos un cariño, a la media hora llegó como si nada hubiera pasado la comida estaba lista y todos comiendo, a mi, Irma me sirvió en la cama, él se sirvió, comió y se acostó a dormir, ni siquiera preguntó como me sentía, ahí le dije si había sido necesario tanto lío, que si yo no estaba levantada era porque no podía y que por lo menos la hubiera tratado con un poco de cariño a Irma, o ayudarla ya que hacía lo que podía para tener lista la comida para cuando él llegara, no contestó, solo levantó los hombros como diciendo ¡que me importa!

Pensé que por tener otro hijo cambiaría pero siguieron mis penas y angustias, quedé embarazada otras 3 veces después de Verónica, uno de esos embarazos fue por una violación que yo no esperaba, hasta me dejó morados los brazos porque me apretaba tan fuerte que no me podía mover para que no le haga nada. Como sabía que andaba con otras y tenia desconfianza no me dejaba tocar y él se pensaba que yo andaba con otro hombre, por eso me forzó, lo compartí con un montón de mujeres, con engaños, pero yo no quería más hijos y menos en esas condiciones, tampoco quise un tercer hijo, pero ella creció sana y sin privaciones económicas pero si afectivas, él disponía de autos pero no los usaba con nosotros y las pocas veces que nos sacaba había que escucharlo protestar, para que saliera bien tenia que ir con amigos, entonces nosotros por un lado y él con sus amigos.

Cuando Verónica tenía 5 meses fallece mi suegra, el duelo le duró poco tiempo a JL, luego empezó a salir de joda con el padre, no se dejaban fin de semana sin fiesta con asados y vino, cada uno tenia una mujer para llevar a pasear, la de mi marido le decían King Kong por grandota y negra.

Un fin de semana uno de los hermanos de JL, Nicky que ya falleció, se iba al campo con la mujer y los chicos, hacia mucho calor y nos fueron a invitar, por supuesto JL no quiso y esperaba que yo también dijera que no, me preparé con los chicos y nos fuimos, él se quedó masticando bronca, pasamos un día hermoso los chicos disfrutaron, al Gringo le impresionaba que los pececitos le rozaran las piernas. Volvimos por la tarde, JL estaba durmiendo, se sentía olor a vino y un tremendo calor adentro, el ventilador estaba apagado, supongo que se emborrachó de bronca, al hermano no lo habló como por un mes, entonces ya no se animaban a invitarme. Esa noche Gringo tuvo como pesadillas porque le parecía que le andaban los peces por las piernas, fue suficiente para que me mortificara diciéndome que donde lo habría tenido metido al chico y no me dejaba dormir porque me empujaba de la cama, terminé durmiendo sobre una sábana en el piso.

Mi familia de Chilecito algunas veces vinieron a mi casa, le pedía a JL por favor que los tratara bien y que no hiciera papelones, los atendía bien pero conmigo se hacia el agrandado como que en la casa mandaba él y me tenía a los saltos, dame esto, servime aquello, esto no me gusta y más salía para que yo no le diga nada, mientras estaba mi familia llego de trabajar y pasó derecho al baño se cambió y vino a mandonear, voy al baño y descubro el calzoncillo con semen y ni siquiera lo lavó.

Cuando Verónica tenia casi 1 añito en víspera de Reyes me llevó algo de plata, entonces me voy con Irma y Verónica para el centro a comprar regalitos, el Gringo se quedó con el padre. Estábamos en una zapatería porque Irma quería unos suecos, se agacha y encontró dinero, ella estaba tan asustada que salimos y fuimos a otra zapatería, le compré suecos y un paraguas, para el Gringo un pantalón, para Verónica una musculosa, un short y un juguete, me voy a Clappera una casa de artículos del hogar donde teníamos crédito y le compro una radio a JL para que tenga en el colectivo, entrego la mitad y el saldo para pagar en una cuota, para mi ya no me alcanzó, amenazaba tormenta y me encuentro en el negocio con mi cuñado Carlos que compraba patines para los chicos, me dice que lo espere porque me agarraría el agua, se hacia tarde, nos subimos al auto y empezó a llover fuerte, cuando llegamos a casa el Gringo estaba asustado, me esperaba con un paraguas y una mantita para Verónica debajo de un árbol, me dice no sabes como esta el papi, que diría delante de él, vio que me traía Carlos y ni se acercó.

Yo entro contenta y digo traigo regalos para todos, y él contesta “aquí no hay regalos que valgan” le cuento lo que pasó y dice “no se quien va ser el estúpido que pierda plata para que la encuentres vos, quien te da” nos amargó el día al extremo que el Gringo dijo “que tonto que es el papi”, les di de comer a los chicos y nos fuimos a la cama y yo a llorar, Irma también lloró porque me dice “que se cree el papi si andabas conmigo y yo encontré la plata” al otro día se despierta y dice “voy a ver que me trajeron los Reyes”, tenia ganas de matarlo, me levanté dejé los chicos durmiendo y me voy a Clappera, cambié la radio por un reloj para mi, como vio que no le di nada y se lo reproche, le dije que por despreciativo lo cambie por algo para mi, amenazó que si me veía el reloj puesto me lo arrancaría con brazo y todo, por supuesto que lo escondí y por mucho tiempo no lo pude usar, pero tampoco me habló por mucho tiempo porque no se imaginó que cambiaría la radio.

Viviendo allí algunas veces nos visitó mi mamá y mi hermana, Graciela, mi sobrina, era un bebé, creo que venían para ver un médico, se quedaron unos días y se fueron. Para ese entonces Irma tenía 12 años y quise explicarle lo de la menstruación y no quiso, le quería enseñar a coser a máquina y tampoco quiso, me contestaba que para eso sabia yo, que a ella no le importaba.

Al finalizar el primario ella quiso hacer el secundario en el colegio Nuestra Señora de las Nievas ya que algunas de sus compañeras la habían convencido, es así que allí curso el primer año, como no lo aprobó y no admitían repitentes en ese colegio debí buscar otro. Anduve por el Gabriela Mistral (me dijeron que no era bueno), por el Liceo de Señoritas (que tampoco aceptaba repitentes) y terminé en el William Morris que me la aceptaban pero tenía que esperar que surgiera alguna vacante. Esperé varias horas con un guardapolvo prestado en la mano y con Verónica en la otra que me volvía loca pidiéndome que nos fuéramos, hasta que finalmente lo logramos y pudo ingresar.  En esa época se ve que las chicas hablaban y le preguntaban si ya menstruaba, allí empezó a consultarme de todo para que le explicara, el padre no participaba. A los 15 años recién fue señorita.

En el año 1981 Perico y Mari se casan, fue una linda fiesta, Verónica tenia 2 años y le hice un lindo vestido, a los más grandes se los compré, cuando Verónica tenía 4 años y medio nace Alejandra, como ellos tenían un carrito de verduras a mi me pagaban para cuidarla, Verónica se puso muy celosa, empezaba Jardín y no la podía dejar porque lloraba a gritos lo que ella se quedaba conmigo, le duró mucho tiempo.

Para ese entonces se estaba preparando un gran casamiento en Jesús María, una sobrina de Elena y Mary se casaba, estaban invitados todos los Navas, con un mes y medio de anticipación empecé con los preparativos de ropa para grandes y chicos, era la modista de la familia así que le hice un lindo vestido a Verónica, arreglaba la ropa de los grandes, achicaba sacos, acortaba mangas, levantaba ruedos o los alargaba fue con gran entusiasmo, le preparé la ropa para JL con tan mala suerte, ya que tenía una plancha que no regulaba la temperatura, que le quemé un pantalón, aunque no era el único que tenia seguramente ese querría usar, cuando ya faltaba poco debimos salir apuradas con Irma para comprarle ropa, ya no me quedaba tiempo para hacerle nada, el Gringo ya tenía su ropa nueva. Como me veía el entusiasmo de todo lo que hacia JL andaba con mala cara, venia de trabajar y ni me hablaba, hasta que le dije que tenía la ropa preparada y le cuento que se quemó un poquito el pantalón pero que también le había preparado los otros, por supuesto me dijo toda clase de improperios y que lo hice a propósito, que no pensaba ir y que si él no iba yo tampoco, Irma escucho eso y se puso triste porque ya tenía su ropa y sabía que yo quería ir, le dije que se quede tranquila ya que a Alejandra la dejaban a mi cargo y tenía que llevarla como sea, me arme de valor y desafiándolo le dije que si él no iba yo si iría le guste o no, andaba hecho un ogro salía y venía a cualquier hora por venganza, llegó la fecha esperada y empezaron a organizar como y en que auto nos repartían, la cuestión que a la mañana llevaron un poco de chicos, con Irma y Gringo, Mari y Perico se fueron temprano para ayudar, Elena también se fue temprano con todos los niños en dos autos, me quedé con Verónica y Alejandra que tenía meses. JL no estaba para no ver cuando me fuera, o esperaría que no vaya, después que almorzamos bañé la nenas y las dejé listas, vino Carlos a buscarnos con Ruso en una renoleta y partimos, yo llevaba los bolsos de ropa para los chicos, cuando llegamos pasamos por el salón y estaban haciendo asado con cuero y preparando las mesas y toda la vajilla, por la tarde empezamos a prepararnos, todo el familión y nosotros, haciendo cola para bañarse y vestirse para la fiesta, primero la iglesia y después al salón, que hermosa noche pasamos los chicos comiendo y corriendo por todo el salón y yo esperaba que en cualquier momento apareciera mi marido, lo esperaba pero no fue, como era en verano cuando salimos era casi de día, nos fuimos a la casa de la madre de Elena y nos desparramamos por todos lados para que duerman un rato los chicos, hacía mucho calor. Antes del mediodía todos nos fuimos al balneario y en una combi se llevó lo que quedó de la fiesta y un equipo de música, se armó otra fiesta, los chicos se divirtieron en el río, juntaban duraznos, los grandes bailaban, tomaban mate, charlábamos y me preguntaban porque no había ido JL.

Cuando ya era la tarde amenazaba tormenta, seguíamos comiendo lo que quedaba incluyendo la torta, se empezó a guardar las cosas y a apurarnos, se puso negro, apenas subimos a los autos una tormenta de viento y tierra nos arruinó el final del paseo, con miedo de que se nos caiga un árbol encima de la forma que se doblaban, no alcanzamos a llegar a la casa de la madre de Elena que se vino una lluvia torrencial, esperamos un rato hasta que mermó un poco, yo tenía que volver, se inundaron las calles y seguía lloviendo, nos llevaron a la terminal a los chicos y a mi, los demás se quedaron, no había lugar para tantos en la casa. Cuando salió el ómnibus el agua casi le tapaba las ruedas, yo estaba muy asustada rogando que no pase nada. Llegamos como a las 12 de la noche él no estaba llegó al otro día, no dijo nada seguro habría tenido su joda, yo estaba feliz de haber pasado un fin de semana tan lindo y al menos no me lo empañaron, aunque después debí soportar toda clase de tormentos.

Para ese tiempo Gringo empezó a tener malas juntas, además de los primos y otros chicos del colegio, cuando no estaba con los primos se iba con los otros, faltaba del colegio, se hacía la chupina hasta que se le cumplían las faltas y me llamaban del colegio, lo hacía reincorporar pagando la multa y empezó a hacer cosas que me preocupaban, estaba robando, un día lo corrieron, siempre andaba con plata. ¿Qué hacer?, lo hablaba, le sacaba plata al padre y él lo sabía, le decía que lo aconseje, que lo hable, solo me contestó, “hace bien, que haga lo que quiera”, yo no quería que mi hijo fuera un delincuente, perseguido y que le pase algo, era chico para que trabaje y ese tic nervioso era cada vez peor, el médico dice que es nervioso.

Viajamos a Chilecito, allá le comento a Juan y a mi hermana, él me dice que era por falta de cariño y de un padre que lo contenga, me dice que lo deje ahí por un tiempo y después él podía elegir, que le haría bien ya que los chicos eran distintos y que tendría contención, solo tenia 13 años, me dolía pero quería el bien para él, no me animé y lo traje a Córdoba, le dije a JL pero como poco le importaban los hijos dijo que lo mandara. Un día vino golpeado, lastimado y asustado, le pregunté que le pasó, dijo que se peleó con los amigos o lo golpeó alguien ¿a quien le robó? debe ser que alguien lo amenazó, porque él mismo me dijo que se quería ir a Chilecito, yo no lo obligué, ni lo mandé atado, pero si estaría tranquila y no con el corazón en la boca, de esto pasaron varios meses, pedí el pase en el colegio, le compré ropa y se fue solo, con gusto y tranquilo, yo lo acompañé hasta la terminal, el padre ni estuvo cuando se fue, él sabía que estaría mejor que aquí, allá mi hermana Reyna lo anotó en el colegio con su hijo Luis, yo le compraba lo que necesitaba, cada vez que iba le llevaba ropa nueva y zapatillas, siempre le mandaba dinero a mi hermana para él, nunca le faltó nada y estaba contento ¿porque sería? ¿que estaría haciendo en Córdoba?

Después de unos meses, en las vacaciones vino con sus primos Luis y Liliana, contento y me dice que no quería ir más al colegio que prefería trabajar y que podía hacerlo en una panadería, le dije que si le parecía que era mejor que lo hiciera, estuvo unos días y se fueron. Empezó en la panadería “Cosme” de Chilecito, trabajó un año y ya se quiso volver, se le despareció el tic nervioso que durante tanto tiempo lo tuvo mal, allá tenía con quien estar, charlar en la mesa, reír y compartir sus andanzas, soportar bromas y cargadas, aprendió a vivir, aprendió otras costumbres, aprendió a trabajar y a ser responsable, él mismo reconoció cuando volvió que se sentía nuevo, al poco tiempo empezó a trabajar en una fiambrería que yo misma le busque en Bella Vista porque ya tenía experiencia, nunca más dejó de trabajar.

Se le tendría que preguntar cuantas veces lo visitó el padre. Nada fue porque si, para todo había un motivo a veces hasta peligroso, traté de buscar lo mejor, si fui mala madre, como me consideran, supe protegerlos como la gallina a sus pollitos, tratando de hacer lo que me parecía mejor por no tener una contención ni ellos ni yo, o si fui una mala persona, soy humana y todos cometemos errores, pero nada de lo que hice fue por salir de prostituta como debería haber sido, ni me arrepiento tampoco, si me arrepiento de no haberme ido a tiempo, de salir de ese calvario o infierno a lo que fui sometida tanto yo como mis hijos, ese es el error más grande que cometí, por ellos.

Después Verónica empezó el colegio y era muy buena alumna, no terminó primer grado que nos cambiamos de casa para irnos a vivir a Bella Vista, ya que JL quería vivir en ese barrio para estar más cerca de “King Kong”, la mujer con quien luego me enteraría había tenido una hija mientras vivía conmigo. Contraté un transporte para que la lleve al mismo colegio, ya faltaba poco para que termine, yo mientras trabajaba en Parque V. Sarsfield.

Como los chicos ya estaban grandes tenia deseos de estudiar enfermería, le digo a JL lo que quería hacer y me dijo; ”no podías elegir mejor profesión, te crees que yo voy a pasar vergüenza delante de mis amigos, si las enfermeras son las peores prostitutas” y no me dejó.

En un verano, época de festivales, Irma quería ir a la última noche de Cosquín, estaba Jairo que tanto le gustaba, nos preparamos para salir el sábado temprano, ir al río, sacar las entradas, pasar un momento lindo, cuando llegó ese día se arruinó el tiempo, ¡que tristeza que teníamos! rogando que mejorara, hacia la media mañana empezó a parar el agua, nos fuimos con los bolsos y una gran alegría, Irma, Verónica y yo. JL se quedó, no nos acompañó, para mi era mejor. Llegamos compramos las entradas, miramos las artesanías, paseamos un poco y nos fuimos al río de La Toma, ahí disfrutamos del agua, se puso hermoso con mucho sol, almorzamos lo que llevamos y a la tarde ya caminando despacio llegamos al anfiteatro que estaba vacío, era de día y los artistas ensayaban, las chicas se sacaron fotos con Jairo y Los Visconti, Verónica paseaba en pony, ahí esperamos la noche, teníamos las primera filas, empezó a ponerse fresco y a Verónica se la cubrió con los toallones, Irma disfrutó a lo grande, hubo fuegos artificiales antes y después porque era la última noche, salimos y nos fuimos a la terminal, llegamos a casa como a las 5 y media de la mañana, JL ya no estaba, se había ido a trabajar.

Después vino Maxi, hijo del Gringo, siempre de chiquito nos visitaba, ahí fue la comunión de Verónica le hice una fiesta, le hice ropita para Maxi, perecía un muñequito.

Vivimos 8 años en Bella Vista pero ya fue el final de todo, él dejó de trabajar y vivía solo para salir de joda, si bien dormíamos en la cama matrimonial era solo para guardar apariencias y porque si bien había tres camas, una de cada chico y Gringo ya no vivía con nosotros, por ese tiempo año 1990, Néstor un sobrino mío, en realidad un hijo de crianza de mi hermana, vino a estudiar a Córdoba y me pidió que lo dejara estar con nosotros hasta que consiguiera donde ir a vivir con su mujer, yo le dije que para no tener problemas se lo pidiese a JL y él para demostrar su autoridad lo aceptó. Es así que se quedó alrededor de seis meses hasta que pudieron pagar una pensión donde se fue a vivir con Liliana, su esposa.

 Verónica termino la primaria en el Williams Morris, donde Irma hizo el secundario y la anoté en un colegio privado del barrio para controlarla más de cerca, pensar que el padre me decía que no la mande al secundario porque no valía la pena, en lo único que tuvo razón, Irma trabajaba en Ferrocons, antes trabajó en una panadería en el barrio y yo seguía trabajando en Pque. V. Sarsfield así lo manteníamos al padre, Verónica estaba en el colegio o era lo que yo creía, la tenia penada de que mientras yo trabaje no se moviera de la casa para que no le pase nada cuando yo no estuviese, ya que el padre ni de compañía servía.

Yo tenía plata que ahorraba, más lo destinado para pagarle el colegio privado y Gringo dejaba un dinero para que se le pague un TV, pero siempre me desaparecía plata, resulta que Verónica descubrió la llave del cofre donde la guardaba y le echaba la culpa al padre y yo le creía, tenía 13 años, un día vengo de trabajar llega Irma y Verónica no estaba, me dice; “¿que acaso no le decís a Verónica que mientras vos no estas ella no tiene que salir?” preparamos la mesa sirvo la comida y la chinita no está, me cruzo al frente a preguntarle a mi amiga Norma y me dice que la vio salir con un bolso, voy al dormitorio y faltaba ropa y a mi el dinero. ¡Dios! Otro dolor de cabeza más, la mesa quedó sin tocar, el padre no estaba y más tarde cuando llegó ni enterado estaba y yo le dije que hacia que en lugar de estar con los amigos no se quedaba para controlar a la hija mientras yo trabajo, empecé a buscarla, pregunté a sus amigas, hasta que vi una carta, la chinita desgraciada se había ido a Buenos Aires a la casa de un amigo y JL a gozarme; “yo te dije, no le des calle”. Tomé contacto con la familia del chico y no la hice atajar por la policía por miedo a que le hagan algo, no faltó quien me dijera que la internara en un colegio como pupila para que esté hasta la mayoría de edad, eso tendría que haber hecho.

Debí gastar lo poco que me quedaba para ir a traerla, viajé todo el día, fue interminable, llegué a la noche, me atendieron bien me invitaban a cenar, como para cena estaba yo, fui hasta donde estaba Verónica y con dolor y bronca le di dos cachetadas con fuerza, esa misma noche volvimos. Esa angustia y el dolor que me provocó me hizo poner la cara de color amarillo que me duró casi una semana hasta que me recuperé.

Y yo ahora soy según sus palabras; “la demente, esa mujer de mierda, la peor”, ¿diría también que yo la mandé? “pero no me sorprende que arruines todo como hiciste conmigo y mis hermanos que cada vez que nos juntamos no podemos creer que tengamos una madre tan porquería que nunca sirvió para un carajo, porque la verdad siempre todo nos lo dio mi papá porque fue el que trabajó pero vos basura, porquería, inmundicia, desperdicio de la humanidad, te vas a morir SOLA nosotros te odiamos y tus nietos ni te conocen gracias a Dios”.

 

“No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás existió.”

 

“Lo importante es dejar en el pasado momentos de la vida que ya se han acabado.”

 

 

CAPÍTULO V Una nueva vida

 

Ya estaba separada de JL, vivíamos bajo el mismo techo pero en camas diferentes, ya no lo soportaba, no trabajaba, lo corría y no se quería ir, eso ya no era vida ni para él, ni para mi, ni para los chicos, quiso volver a violarme, porque veía mi desprecio y pensaba que yo andaba con otro ya que no entendía como podía aguantar sin tener relaciones, fue a la cama se sentó y empezó a apretarme el brazo, yo tenia entre la funda y la almohada un cuchillo que pude sacar y lo amenacé, salió rápido y no volvió a intentarlo, me sentía tan sola, abandonada, amargada, sin amor, desprotegida, esa soledad me mataba, que le pedí y rogué a Dios que me permita por lo menos conocer la felicidad tres años antes de morir.

Me canse de todo lo que vivía y decidí separarme, irme de ahí, él me decía; “no se donde vas a ir si no servís para nada, en poco tiempo vas a volver a mi y te voy a sacar a patadas”, le digo a Irma y ella me dijo que si me decidía ella me ayudaría, buscó un Dpto. en la Av. Juan B. Justo de Alta Cba, y pidió un flete en Ferrocons y ahí nos fuimos el 03/03/1993 a mi nueva vida, pero aún así JL me controlaba, pero tengo la tranquilidad y el orgullo de decir que nunca lo molesté para nada ni le pedí nada, me las arreglé sola trabajando, siempre venía con la excusa de verla a Verónica, ella a veces le pedía plata y desaparecía por unos días para no darle.

Al poco tiempo Maxi se vino con nosotras, Verónica lo trataba tan mal por celos como su padre hacía conmigo, yo trabajaba y no lo podía dejar con ella porque lo maltrataba, perdí un trabajo por eso así que se lo tuve que devolver a la madre. Verónica se hizo de nuevas amistades, peores que ella, yo trabajaba de todo, hasta de casera y así fue como un tiempo le cuidaba la casa a los Buttiler, el señor era compañero de Irma en Ferrocons y gané unos buenos pesos que guardé en un monedero que dejaba en un armario, en el dormitorio, llega Verónica con 6 chicas a la casa y se metieron en el dormitorio, no se como ni en que momento una de esas chinitas me sacó el dinero que terminaba de guardar ¿Verónica la habrá visto y se quedaría callada? después se fueron, voy a ver y la plata ya no estaba, me fui en el acto a buscarlas y ya habían llegado a la casa de una de ellas, les dije que eran unas ladronas y que me devolvieran la plata, la traje a Verónica que estaba por salir vaya a saber donde con esas malas chicas, después de tanto perseguirlas y castigar a Verónica recuperé algo, no todo y le prohibí traer a esas amigotas a casa.

Empecé a estudiar y me di con el gusto de hacer enfermería, y no me hice una prostituta como decía JL que eran las enfermeras, cuanto había deseado estudiar esto y con tanto entusiasmo lo terminé.

También en ese entonces trabajaba en un edificio en Alta Córdoba, ahí me hice amiga del portero con quien charlaba a veces y hasta con quien una vez salí a bailar a Jerónimo, un bailable de la calle San Jerónimo, era una buena persona, pero cuando vi que yo le estaba interesando más que como una amiga terminé la relación, o sea nunca fue más que eso, un amigo, ni siquiera conoció mi casa.

Irma en ese tiempo tenia una moto muy linda que compró con sacrificio, una Scooter roja, como no podía guardarla donde vivíamos porque no entraba por el pasillo, la guardaba en una cochera al frente de su amiga Ruth, cierta vez salió de vacaciones y me deja la llave de la cochera con la moto, yo la dejé confiada en la mesa de luz de Irma y todas las mañanas me iba a trabajar mientras Verónica en mi ausencia sacaba la moto y se iba con sus amigas ¡lo que podría haberle pasado con esa moto! se la podrían haber robado, chocado, caerse, en fin era tan audaz y caradura que nada le importaba, Irma la dejó con el tanque lleno de combustible, cuando vuelve le encuentra roto el paragolpes y pensó que alguien se la chocó en la cochera y el tanque vacío, hasta que Ruth le cuenta que la madre había visto a Verónica que sacaba la moto, ¡cuanto lloró Irma por lo que le hizo la hermanita! Verónica lo negó rotundamente, porque es mentirosa igual que el padre, lloraba y se hacía la víctima amenazando que se iría de la casa y que la golpearía a Ruth, a mí me daba vergüenza y me sentía culpable porque me había confiado las llaves a mi y pensaría que yo se lo habría permitido.

Siguiendo con la historia de mi vida y para ser honesta ante todo conmigo misma, debo confesar que durante esta etapa de mi vida y mientras vivíamos en ese departamento de la Av. Juan B. Justo, hice algo quizás como forma de vengarme de JL de lo cual luego me arrepentí mucho. Esto no lo saben mis hijas, solo lo saben dos personas y yo, al menos por mí y quiero que siempre quede allí.

Estuvimos ahí casi los dos años del contrato y por problemas con los dueños que los creaba Verónica, yo a defenderla y sacar la cara por ella, decidimos irnos. A Irma le dieron el dato de una casa en Anacreonte, era de una Sra. sola que nos pidió un único requisito, no quería niños, así fuimos a una nueva casa el 05/05/1995, un lindo departamento, vinieron las amigas de Irma para ayudarnos y Verónica estaba con trompa y no quería hacer nada hasta que la obligué a colaborar, tenía un novio que conoció mientras iba al colegio Jerónimo Luis de Cabrera, también en esa época se hizo un legrado y recién tenia 16 años, creyó que nunca me enteré.

En cierta oportunidad un cliente me contrató para que le cuide la casa mientras ellos se iban de vacaciones, es así que durante la mañana cuando yo estaba en mi otro trabajo, Verónica me sacaba la llave de esa propiedad que estaba bajo mi responsabilidad y se iba con su novio a revolcarse en la cama matrimonial de esa gente y por otra parte cuando yo estaba cuidando en ese domicilio ella hacia pasar a su amante por la ventana de mi casa.

A partir de ahí empezó a ponerse más rebelde, no iba al colegio, la cambié luego a otro colegio, el Manuel Lucero, me mentía que estaba ahí, hasta que un día fui a la escuela y me dicen que nunca iba, se ve que le llenaban la cabeza por lo que un día se le ocurre que se quería ir con el padre, quería tener plena libertad para callejear sin control, no se lo permití, después se quería ir con esas chinitas que eran todas unas putas y le dije que jamás se lo permitiría para que se convierta en una prostituta, drogadicta y borracha que era lo que quería, no sabía de que manera irse de casa, no podía controlarla, yo trabajaba para vivir. Terminó diciendo que se iría a Chilecito, con su tía Reyna, le dije que prefería que se fuera para allá porque mi hermana la tendría controlada y le enseñaría que en ningún lado estaría mejor que en su casa, yo no estaba de acuerdo pero tampoco quería que se perdiera en drogas y vicios, nunca hubiera deseado que se fuera pero era mala, caprichosa y yo tenía la culpa por haberla mimado y darle con los gustos en todo, se fue y no porque yo la mandé, ella se quiso ir y lo que es peor se quería ir a prostituir con esa amigas que tenía. Antes de irse le dije a mi hermana que la hiciera trabajar y que se gane lo que coma, que limpie, que cocine y lave, le aclaré que era idea de ella irse para allá, yo trabajaba y solo me alcanzaba para comer y pagar el alquiler.

Estando ya en Chilecito, en las primeras salidas la niña cayó borracha, ahí Reyna la zamarreó y le dijo que si no se comportaba bien que se fuera. Se calmó un tiempo. A los dos meses fui a verla, me trataba mal, me preguntaba que hacía allí, que no me necesitaba, le contesté que no fui por ella, que ahí tengo mi madre y mi hermana, se hacía la importante.

Faltaba poco para Navidad y su cumple entonces yo también me puse dura, no la tuve en cuenta para esas fechas y le dolió, en uno de esos días alguna macana se hizo y Reyna no la dejó salir, no tuvo mejor idea que escaparse por los techos, se cansó de hablar mal de todos, porque así es de lengua larga donde no se salva ni su madre, no se salvó ni Liliana, diciendo que a Juan Carlos (su actual pareja) se lo había quitado a la mujer, tanto que dice que la tía Reyna es su madre, que le enseñó lo que no aprendió de mi y de ella también hablaba mal en todos lados, hasta que llegó a oídos de mi hermana y la cacheteó, no le gustaba hacer nada en mi casa, era fifí, nena de mamá, me gustó que mi hermana la tuviera zumbando y yo la autoricé a que actuara con ella como si fuera yo, no fui yo quien le dije que se fuera, ella lo eligió, entonces que se hiciera cargo de sus actos. Fue tan agradecida que se escapó sin avisar, no estaba bien ni con Dios ni con el diablo, dice que la buscaron por todos lados con una tremenda preocupación y Reyna dijo que si la encontraba la iba a dejar moreteada a cachetadas y la echaría para que no vuelva a la casa, lo que no sabia era que estaba viajando a Córdoba, venía con Andrés para decirme a mi que se iba a vivir con él, ella ya estaba embarazada y como no sabia si avisar o no prefirió escaparse. Después dice que yo la abandoné, si hacía lo que se le daba la real gana, yo ya no la quería en mi casa, perdió ese bebe y después volvió a Córdoba con su cuñada, pero no la admití en mi casa, se fue a lo del padre.

Los hijos no son para siempre, son aves de paso por la vida hasta que abren las alas y quieren volar, pero si tienes una persona al lado que quieres y te quiere y hay estabilidad de pareja, amor y comprensión eso es para siempre.

Al tiempo se embarazó de nuevo y nació Camila Denise, fui a conocerla a los pocos días llenándola de regalos, como yo hacia poco que había viajado a Chile le compré varias cosas, un enterito de invierno, un cubre bebé a cuadrillé, más otras cosas y un coche con 5 posiciones, después un coche paragüitas, un corralito, etc.

A los 2 meses vino a Córdoba y a los 5 meses vino de nuevo con la idea de casarse, elegimos el traje de novia que yo alquilé para que se lo preparen y se luzca, también era el bautismo de Camila, le compré unos hermosos zapatitos de Buby, medias con puntillas, cancan blanco y una vincha con puntillas y flores, tenía 7 meses por diciembre de 1999, gasté mucho dinero pero yo trabajaba y me ganaba la vida con 3 empleos.

Cuando se acercaba la fecha pido permiso en los trabajos y llevo todo, el traje en una gran caja, una hermosura y yo orgullosa de llevar eso a mi hija, también lo de Camila, lo llevo a Maxi a quien también le compré ropa para que este lindo para esa noche porque tenía que llevar los anillos, estaba tan lindo con los cabellos paraditos como le gustaba y con gel, una corbata que le compré en Chilecito y a Ezequiel, el hijo de mi sobrina Liliana, que no quería ser menos le tuvieron que comprar una corbata.

Verónica esa noche estaba hermosa, hecha una princesa. Fue una linda fiesta que duró hasta el otro día que fue el bautismo de Camila. Lamentablemente Irma se confunde de rollo fotográfico colocando en la maquina de fotos el que había sacado en el casamiento, tanto en la iglesia como en la fiesta, por lo que no quedó registro ni de la boda ni del bautismo.

Por ese tiempo Irma quería una computadora y le pedía consejos a un amigo que era pareja de una compañera de trabajo y ella siempre iba a su casa para que le enseñe computación, lo quería mucho y lo admiraba al ver como era de buen padre y compañero de su mujer. Cuando compra la PC le pide a él que venga a casa para enseñarle computación, pero le dice que me enseñe a mi así le enseñaba yo a ella, de esta manera conozco a Teté, en Abril del año 1996. Yo hacia tres años que estaba separada, no tenia a nadie conmigo sentimentalmente, me empezó a gustar que se quedara más tiempo en casa, me gustaba su nivel, su educación, su inteligencia y su presencia.

Para una reunión con mis colegas y amigas no quería ir sola, es así que hablo con Nelly, la mujer de Teté, para que me lo preste así me acompañaba, luego se lo pedí para mi cumpleaños, a veces cuando no quería estar sola y a partir de ahí nunca dejó de ir y yo cada vez lo necesitaba más.

En el Dpto. vivíamos solas con Irma, ella trabajaba en Ferrocons y yo acompañando una anciana, como trabajaba mañana y tarde venia al mediodía y podía cocinar, de esa forma también la acostumbré mal, cada vez que Irma venía del trabajo siempre estaba la mesa puesta y apenas llegaba servía la comida, ella no movía un dedo, si alguna vez por llegar un poco más tarde no estaba la mesa servida preguntaba con bronca como si fuera mi marido, “¡porque no está la mesa puesta!”, terminaba de comer y se acostaba sin siquiera levantar un plato, mucho menos lavarlos, si por casualidad no venia porque me pedían quedarme un rato más en el trabajo ni comía por no servirse, yo le lavaba hasta las bombachas, nunca debió planchar ni el uniforme del trabajo, siempre le tenía la ropa impecable, las camisas bien planchadas ¿de que me sirvió tanta atención?

Cierta vez la dueña del departamento que alquilaba me dio un saco del hermano, que era sacerdote, para que le hiciera algunos arreglos y lo puse en una de las sillas de la sala. Cuando llega Irma con una amiga me pregunta con tono autoritario de quien era ese saco, a lo que yo con ironía miro sugerentemente hacia las habitaciones como diciéndole a alguien que se esconda, es allí que Irma reacciona enérgicamente y visiblemente ofuscada diciéndome "¡Te vas de acá!". Esta actitud pone claramente en evidencia su deseo de que permanezca siempre sola, para cumplir como un designio el ser su valet por siempre.

Viajamos juntas y con Ruth a Las Cataratas del Iguazú, también viajamos juntas a Chile, pero el viaje más hermoso e inolvidable fue hacerlo con mi hermana a Brasil, cuanto disfruté esos paseos y con tantos años al lado de JL jamás hicimos un viaje.

Después hice un curso de cuidados domiciliarios, empecé y terminé el secundario con la ayuda y el apoyo de Teté, cursé en la Facultad de Medicina Gerontología y Asistente en Geriatría, siempre apoyada y animada por él, tanto hice en tan poco tiempo que en tantos años de estar con el padre de mis hijos no lo pude hacer.

Verónica queda nuevamente embarazada y nace Matías, por ese tiempo Maxi siempre venía a casa y se quedaba varios días, se sentía bien con nosotras, quería los chicos, no se sentía celoso, jugaba mucho con Cami y también iba a visitarla a Chilecito.

Pasaron algunos años y le entró la locura a Verónica por separarse del padre de los chicos, le faltaba ese título en su currículum, el de “separada” y de esa forma venir a Córdoba a parar a mi casa diciéndome que vendría con una amiga a buscar casa y trabajo para después traer los chicos, fue una mentira y un engaño más. No buscaban trabajo ni ella ni la amiga, vivían a costa mía, usaban el teléfono sin control las dos con una total falta de respeto y estaba a nombre de Teté, lo fundieron cuando llegó la factura, una suma imposible de pagar, me enfurecí y les dije que si no buscaban trabajo y casa que se fueran a Chilecito, ahí la amiga se puso las pilas y empezó a trabajar pero no colaboraba en la casa, llegó un momento en que los días sábados, que era el único día que estaba en casa, no trabajaba y no tenía ni aceite para cocinar, así que aprovechaba para salir a caminar con Teté y de paso no renegar con esas chinitas. Hasta con la tarjeta de crédito me defraudó, corté el teléfono y para colmo le traen los chicos y ni miras de irse, claro, era más cómodo estar en mi casa y gratis. Fue entonces que la propietaria al ver que no se iba y estaban los chicos me pide el departamento.

Para ese entonces ya estaba de novia nuevamente, esta vez con un chico llamado Rodrigo, en definitiva nunca trabajó, vivía de lo que yo ganaba, hasta tuvo la caradurez de llevar un perro, lo tenía encerrado en la habitación, cuando le dije que le diría a Rodrigo que se lo lleve me amenaza con romperme el monitor de la computadora. Cuando le pedía que dedique un día sábado a la limpieza de la casa desaparecía, no volvía de la noche anterior, como dije era otro JL en la casa, no me libraba de él.

Hasta busqué una casa cerca de donde vivíamos para pagar entre las tres, su amiga, ella y yo, me hubiese metido en la cueva del lobo, por supuesto que no me iban ayudar, di una seña y entrega a cuenta para reservarla, no alcancé a firmar el contrato porque me ayudó Teté a salvarme de lo que me esperaba.

Verónica sus hijos y su amiga se fueron a vivir a la nueva casa, yo me quedé en el Dpto. y a luchar y pelear con la dueña porque no me fui con ellas pero prefería vivir sola y tranquila porque sabia lo que me esperaba, ella tenia la casa hecha un desastre, cosa que yo no hubiera aguantado.

Después conseguí un departamento para mi y Teté, le pedí a Verónica que me ayudara con el traslado y me dijo que no podía porque tenia una reunión de padres en el colegio de Camila, antes de que llegara el camión de la mudanza fui hasta la casa de ella y ahí estaba, ni siquiera había mandado a Cami al colegio, fue una mentira para no ayudarme, me las arreglé sola con unas chicas que trajo el fletero, así se me hizo de noche y aún sin luz ni poder acomodar las cosas me fui a trabajar.

Pasaron unos meses, Verónica se mudaba a una nueva casa, me pidió que le ayude con la mudanza y yo si fui a ayudarle con bolsas cajas, cargar, embolsar y encintar todos los bultos, le tendría que haber contestado y hacer lo que me hizo ella pero no lo hice, todas esas cosas dejan huellas.

Irma era muy amiga de Teté, salían a cenar juntos y él la acompañaba hasta casa no importando la hora, incluso solían ir de la mano y él la abrigaba abrazándola por sobre el hombro, por eso se enojó tanto cuando supo que me había enamorado de él. Yo seguí mi vida sola con la compañía incondicional de Teté, pero los celos de ellas fueron más fuertes y no me dejan vivir, vinieron algunas veces a mi casa y todo eran reproches y desprecios, Irma empezó a alejarse comentando con sus amigas que hubiera preferido que yo este sola. A mi me reprochaba que la avergonzaba el que me hubiese enamorado del marido de su compañera.

¡Cuanto egoísmo! en lugar de estar contenta de que encontré a alguien que me haga olvidar lo que viví y que no este sola, diciendo que es un gigoló, cosa que no es así dado que él tiene sus ingresos y no está permanentemente conmigo ya que pasa la mitad del tiempo con su otra mujer pero aún si fuera así ¿acaso ellas me dieron dinero para eso? ¿Yo se los pedí? el padre también se fue con una mujer sin tener trabajo y lo mantenía en los vicios y no se asustaban de eso ¿porque a mi, porque yo?

Si, estoy con Teté ya hace 20 años y siempre igual sin cambios, sin engaños, sin mentiras, con amor, contención y paciencia, con todo lo que me brinda para hacerme sentir mujer en todo sentido, devolviéndome de a poco todo lo que perdí, la confianza, el valor a la vida, la tranquilidad, sin privaciones, sin reproches, sin gritos ni peleas no solo a mi, porque somos dos las que lo queremos y antes de perderlo lo compartimos sin egoísmos, porque él se brinda para las dos, nos quiere a las dos, lo amamos las dos, cumple con las dos en todos los aspectos y somos buenas amigas, nos reunimos y nos hablamos, nos saludamos para cualquier acontecimiento y dispuestas a defenderlo de todo y ante todo, nos regalamos cosas mientras podemos ¿puedo pretender algo más?

A JL también lo compartí con un montón de mujeres de cualquier raza y color con mentiras y engaños ¿de eso ya se olvidaron? prácticamente se declararon en guerra conmigo declarando que no son mis hijas, que me odian, que gracias a Dios mis nietos no me conocen. Si, gracias a Dios que no me conocen, no vaya a ser cosa que se contagien de “una demente o negra de mierda” como me dice Verónica, tiene una hermana morocha, tiene dos hijos morochitos y se casó con un morocho y ahora se juntó con otro morocho, la Tía y la Abuela también son morochas. ¿Todos son negros de mierda para ella por ser un poco más clara, formada y nacida de mi vientre? y si es cierto como dice que Irma les dijo a sus hijos que yo estoy muerta, mejor que ni me vean, si aparezco les pareceré un fantasma, pero ya no me importa, gané otros hijos que si me quieren, me aprecian y me lo demuestran, son los hijos de Teté, tanto las chicas, ambas profesionales universitarias, como los varones, me llaman por teléfono para charlar y saber de mi. Romina viene a visitarme y a almorzar conmigo cuando estoy sola los domingos, además soy su paciente en su consultorio profesional. Lorena la hija mayor me llama para saludarme, Luis María nos invita a los dos para almorzar con él y Federico siempre nos suele visitar. Además conozco a la mamá de Teté con quien tengo muy buen trato, me invita a almorzar cuando la visito, incluso me cuida los canarios ya sea en su casa o yendo al Dpto. cuando viajo a Chilecito.

También tengo mi familia de Chilecito que me llaman y me preguntan como estoy y cuando voy, Liliana me envía mensajes para contarme de los estudios de mi madre para que este enterada, mi mamá se aferró tanto a mi que si no la llamo como lo hago siempre el mismo día a la misma hora, se pone triste y empieza a decirles a los demás que me llamen para ver que me pasó, por eso Teté le regaló a ella un celular con una línea dentro de su cuenta corporativa, de esa forma tiene la posibilidad de comunicarse en forma ilimitada conmigo o con él, además de minutos libres para que pueda llamar a quien quiera, de esa forma ahora nos llamamos todos los días a cualquier hora, eso la hace sentir más tranquila y acompañada.

Dicen que no hay peores hijos que los propios pero veo que no siempre es así, Teté me lo demostró con los suyos que siempre están comunicados con él y lo tienen en cuenta para todo evento familiar y todos saben que tiene dos mujeres y no se lo reprochan.

Ahora estoy en una nueva etapa en todo sentido, mientras sufría todos esos años no me alcanzaban las lágrimas, el dolor, la angustia y la desesperación por no saber que hacer ni donde ir y como ya dije llegué a rogarle y pedirle a Dios que me haga conocer por lo menos 3 años de felicidad antes de morir, pasó el tiempo y me lo concedió con todo los honores y no con 3 años, ya llevo 20 años con Teté y es como el primer año, como que se cerró una puerta donde solo había espinas, donde estaba todo opaco, seco sin vida, para abrir otra que daba a un jardín lleno de alegría, luz y color, un revés, todo lo contrario, con él conocí nuevas sensaciones y tuve experiencias que jamás pensé vivir, me enseñó a pensar distinto y ver la vida de otra manera, empecé a festejar los aniversarios, mis cumpleaños con regalos, salir a festejarlo en restaurantes, cosa que no conocía, el día antes me agasajan con asado, vinos finos, champán, paseos, mucho cariño, el beso de buenos días y de buenas noches, al llegar y al salir poder decir te quiero, te amo, al final de cada conversación telefónica, el apoyo permanente, tanta comprensión y contención. Además gracias a él que me instó a empezar a estudiar y continuar capacitándome soy una profesional de lo que me gusta y lo practico, ahora puedo reunirme con amigas, cosa que nunca pude hacer antes porque no me lo permitían.

Cuando cumplí mis 64 años Teté me regaló un celular nuevo, un Black Berry 8520 y me dio una sorpresa, reservó en Las Tinajas, un conocido restaurante y ahí nos esperaban mis amigas que convocó, la pasamos tan lindo, hasta me mareó el vino de tanta alegría. Estrenaba ese día sandalias que él me regaló y un traje de color rosa que me regaló Nelly, mi “co-pareja” o hermanita (como le dice mi mamá a Nelly) que incluso me llamó para saludarme, igual que Romina y los otros hijos de Teté, esto no lo cambiaría por nada, ahora puedo decir que soy feliz con todas la letras.

Fuimos a muchos lugares de vacaciones, disfrutamos de Carlos Paz sentados en los mejores sitios, en Nono pasamos unos días espectaculares, nos alojamos en un hotel, fuimos a un camping y sin perdernos detalles de lo que veíamos. Ahora estamos programando irnos a disfrutar de unos días de vacaciones en algún lugar no definido aún. Él también me acompañó a Chilecito, aparte del día trágico cuando falleció mi hermana fuimos otras veces. Fue muy bien recibido y aceptado por todos, nos prepararon una habitación con todas las comodidades y él no criticó a mi familia como lo hacía JL. Siempre habla con mi madre que lo quiere mucho y ella siempre pregunta por él porque sabe como es conmigo, cada vez que conversa con Liliana ella le dice “tío” con mucho cariño y le pide que me cuide al igual que su hijo Ezequiel que también se refiere a él como su tío. Lo más increíble aún es que se hizo amigo de "Perico", mi ex-cuñado, el hermano menor de JL con quien siempre se hablan y se saludan para los cumpleaños y programan reunirse para las fiestas, también los otros Navas (la flia. de JL) lo aprecian mucho a Teté por ver lo buena persona que es y lo mucho que nos queremos. Ahora el pasado es pasado en todo, vivo solo el presente y lo valoro y disfruto, no me importa que ya no tenga hijos, tengo más que eso, solo sé que cumplí con lo que me correspondía.

Traté de darles a mis hijos una educación y normas de conducta, pero Verónica no las supo valorar y tanto que bregué para que no terminase haciendo una vida promiscua como su padre, actualmente con la excusa de ir a ver a su hijo viaja a Chilecito dando rienda suelta a su libertinaje y con total impudicia y desparpajo cuenta a la familia lo que va hacer sin tener el más mínimo respeto, como lo hace una prostituta, haciendo alarde de su apellido.

Ella siempre dice que un hijo Down, como es una de sus hijas, es un ángel que Dios le ha enviado, ahora yo pregunto… ¿Verónica que es entonces? ¿Quién me la envió?

Mi mamá está muy resentida y dolida por lo que me hacen mis hijas y por las calumnias e injurias de Verónica que fue hablar mal de Teté y de mi, además de sembrar insidia al proclamar públicamente el hecho de que él viva con dos mujeres, como si eso fuera un secreto, todo esto se lo contaron y se acuerda de cuando hablaba tan mal de mi hermana, entonces está con bronca y dolor por mi, de ver la clase de hijas que tengo, pero le dije que se quede tranquila porque yo ya no sufro, para el día de la madre me llenan de regalos ya sea Liliana o de María, me saludan todos y me hacen sentir que no estoy sola porque hasta Teté me hace regalos ese día, ella lo quiere mucho porque ve y sabe que se preocupa por mi y me cuida, porque sabe que es un buen compañero para mi, habla con ella y la trata con cariño.

Todo esto me llevó a iniciar el Juicio de Divorcio para librarme definitivamente del vínculo jurídico que me unía con JL. Lo fui a ver a su casa y le dije que me quería divorciar, le expliqué que de esa forma sería de común acuerdo y a él no le costaría un peso ya que yo correría con todos los gastos por lo que aceptó. A través de un abogado amigo de Teté arregló que le cobraría los gastos, tasas y aportes y por los honorarios él le realizaría un Sitio en Internet más el mantenimiento de la red.  Es así que finalmente en Junio de 2009 salió la sentencia de mi divorcio vincular con JL, aunque por una mora judicial recién nos entregan el Oficio al año siguiente, justo unos días después que sucede un hecho inesperado, el fallecimiento de JL el 30 de Septiembre de ese año. Lamentablemente no pude entregarle copia de la sentencia como era mi anhelo. No obstante consta en mi acta de matrimonio que soy “Divorciada” y no “Viuda”, ahora tengo plena libertad jurídica para contraer matrimonio cuando yo quiera.

Ya no tengo mi hermana de sangre, ni tampoco la olvidaré, se que de donde está me da la mano que me hace falta, pero la providencia me regaló una gran amiga que es mi hermana del alma que esta dispuesta a jugarse por mi como yo lo hago por ella, esa es mi familia ahora, no necesito a nadie más, tengo lo suficiente para seguir adelante y seguir luchando por algo mejor. El tiempo puede sanar las heridas, pero las cicatrices siempre nos recordarán el pasado.

 

“Mi pasado fue muy triste, mi futuro no lo se, mi presente es que te quiero y que nunca te olvidaré.”

 

No quiero terminar Mis Memorias sin dedicarle un Capítulo especial para...

 

Mi Madre

 

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EPÍLOGO

 

En este opúsculo traté de hacer una breve reseña de lo que me tocó vivir y de lo que estoy viviendo ahora, podría haber ahondado en muchas situaciones pero considero que con lo que narré es suficiente para que el lector conozca las circunstancias, vivencias y situaciones a las que me vi sometida en mis 64 años.

Solo quisiera anexar parte de los testimonios del trato que Verónica me dispensa, lamentablemente no conservo todas las cartas y conversaciones por Chat que tuve con ella en los últimos años, ya que por los avatares de la vida y de mi computadora, he perdido algunas de estas documentales, aún así pienso que como muestra es suficiente.

También lo amenazó a Teté con que al Gringo no le importaría que le “pinten los dedos” que siempre anda armado y que no le costaría nada pegarle un tiro, por lo que hablé con él y le conté, siempre tengo diálogo con mi hijo, hablamos cuando se murió el padre, también lo saludé para su cumple y me trata bien así que con él no hay problemas.

Debo aclarar que esto fue asentado y expuesto en la Seccional 13, jurisdicción de mi domicilio, donde me aconsejaron que haga lo propio en la Fiscalía de Turno con el comprobante que ellos me dan más el certificado médico de mi Cardiólogo por mi hipertensión arterial crónica emocional, porque no debo ni puedo tener ningún tipo de problemas, ni disgustos, ni emociones fuertes, algo que dejé en suspenso hasta que una nueva situación lo amerite.

Es mi intención que estas “Mis Memorias” circulen, llegarán a muchos correos electrónicos, serán un mudo testimonio de lo que viví y de lo que me hicieron. Si alguien saca conclusiones espero le sirvan para que trate de evitar le pase lo mismo.

Elvira de Ramírez .

21 de Diciembre de 2010

 

“No se puede odiar sin antes haber amado.”

 

- A N E X O -

 

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